Voy al psicólogo y no le cuento todo lo que debería: una terapeuta explica por qué sucede y cuál es la solución

Macu Gortázar Ibáñez de la Cadiniere revela por qué lo que sucede en la gran mayoría de los casos, es que la gente no es que no lo quiera contar, sino que no puede

Un momento terapéutico que resalta la comunicación y la comprensión en un entorno profesional, perfecto para representar debates sobre asesoramiento y salud mental.
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Poniendo las Calles

Carlos Moreno 'El Pulpo' y la psicóloga Macu Gortazar Ibáñez de la Cadiniere hablan sobre las terapias psicológicas online

José Manuel Nieto

Publicado el

4 min lectura

Ir al psicólogo es un paso importante hacia la mejora de la salud mental, pero, en ocasiones, muchos pacientes se enfrentan a una barrera invisible que les impide abrirse por completo durante la sesión. Esta barrera no siempre responde a la falta de voluntad, sino a la complejidad emocional de ciertos temas, tal y como lo explica la psicóloga Macu Gortázar Ibáñez de la Cadiniere.

En una reciente conversación con Carlos Moreno 'El Pulpo' en el programa Poniendo las Calles, Gortázar desvela una realidad frecuente que afecta a la mayoría de las personas que acuden a terapia: “La gente no es que no quiera contar, es que no puede.” Esta frase, aparentemente sencilla, tiene implicaciones profundas sobre la naturaleza de las emociones humanas y el proceso terapéutico.

Uno de los principales obstáculos que enfrentan los pacientes es el miedo a afrontar ciertos temas, ya sea por el dolor que pueden causar o por la angustia de abrir viejas heridas. "Cuando te atreves a verbalizar algo, te enfrentas a la posibilidad de que ese tema, en lugar de quedar guardado, vuelva a ti con toda su carga emocional", comenta Gortázar. Y es que, para muchos, hablar de ciertos aspectos de su vida, como una relación tóxica, un conflicto con la familia o un trauma pasado, puede ser tan aterrador que prefieren evitarlo, incluso en un entorno seguro como es el del consultorio psicológico.

Psicólogo escuchando a su paciente y escribiendo notas.

Alamy Stock Photo

Psicólogo escuchando a su paciente y escribiendo notas.

La psicóloga explica que, aunque la mayoría de los pacientes desea avanzar en su terapia, la falta de honestidad con uno mismo o con el terapeuta no es siempre una cuestión de desinterés, sino de protección emocional. En ocasiones, hablar de esos temas se convierte en un desafío insuperable debido a la ansiedad o el temor a no poder manejar el dolor que puede surgir al abordar esos recuerdos y sentimientos. "Lo que sucede en muchos casos es que la gente tiene miedo de verbalizar algo que podría cambiar su vida, como reconocer que está en una relación de pareja insostenible o admitir que no siente lo que se espera de ella, como en el caso de la relación con su madre", añade Gortázar.

La importancia de la relación con el terapeuta

Uno de los puntos clave en este proceso es la confianza en el terapeuta. Gortázar señala que, aunque no todos los terapeutas serán una opción perfecta para cada paciente, es fundamental encontrar a alguien con quien se sienta una conexión. El psicólogo debe ser capaz de manejar estos momentos delicados con empatía, ayudando al paciente a sentirse más cómodo para ir abriendo poco a poco esas puertas cerradas. "El terapeuta tiene que ser capaz de gestionar la resistencia emocional del paciente, permitiéndole que se exprese a su propio ritmo", explica.

Con el auge de la terapia online, los pacientes han tenido acceso a nuevas formas de apoyo psicológico. Aunque algunos pueden ser escépticos al principio, Gortázar cree que la tecnología ha demostrado ser una herramienta eficaz para muchas personas. “Lo que importa no es el medio, sino cómo se siente la persona con respecto a su progreso. Si se siente mejor, esa es la señal de que la terapia está funcionando.” De hecho, la terapia online ha permitido que más personas puedan acceder a tratamiento, independientemente de su ubicación, lo que facilita su involucramiento en la terapia sin la presión de desplazarse.

Gortázar aconseja que los pacientes, en lugar de forzarse a ser completamente honestos desde el principio, reconozcan sus propios límites y comuniquen al terapeuta sus reservas. “Es importante que el paciente pueda compartir con su psicólogo que hay aspectos de su vida que aún no está listo para abordar. Esto no significa que no quiera avanzar, sino que simplemente no está preparado emocionalmente para dar ese paso”, apunta la psicóloga.

Apoyo de la psicóloga

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Apoyo de la psicóloga

Además, Gortázar subraya que la terapia no tiene por qué ser la única vía para mejorar nuestra salud mental. "Muchas veces, cambios en hábitos cotidianos, en cómo nos tratamos a nosotros mismos o en nuestra manera de gestionar el tiempo y las emociones, pueden ser tan efectivos como una terapia profesional", comenta. Por lo tanto, el primer paso puede ser empezar a hacer pequeños ajustes en la vida diaria que favorezcan un bienestar emocional, antes de profundizar en los aspectos más difíciles de tratar.

Una respuesta natural

El proceso terapéutico es profundo y a menudo complicado, pero es esencial comprender que el bloqueo emocional que muchos pacientes sienten no es una señal de falta de interés o de compromiso con la terapia, sino una respuesta natural ante el dolor o el miedo. El reto consiste en ir abriendo esos cajones cerrados poco a poco, con la ayuda de un terapeuta que sepa cómo guiar al paciente sin presionar.

Como apunta Gortázar, no se trata de forzar a nadie a hablar de lo que no puede, sino de dar espacio para que, cuando esté listo, pueda hacerlo sin miedo al juicio ni al dolor. La terapia es un proceso gradual, y lo más importante es que el paciente se sienta acompañado y apoyado en cada paso del camino.

Herrera en COPE

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