Carta del obispo de Huelva con ocasión del Domund 2022

Santiago Gómez Sierra recuerda que también hoy la Iglesia necesita testigos que anuncien el Evangelio y lamenta que el mundo esté cada día más secularizado

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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El próximo 23 de octubre celebraremos la jornada mundial de las misiones, el DOMUND. Con este motivo, el Papa Francisco recuerda que el Espíritu inspira a «hombres y mujeres sencillos para misiones extraordinarias” (Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2022, 3).

Las OMP han estado este año insistiendo en los fundadores de la institución, mujeres y hombres que fueron testigos que pusieron en marcha cada una de las cuatro Obras Misionales Pontificias. Este 2022, verdadero año jubilar, conmemoramos los 400 años de la Congregación de Propaganda Fide (hoy Evangelización de los pueblos); los 200 años de la Obra de la Propagación de la Fe, junto a la Obra de la Santa Infancia; y los 100 años de la Obra de San Pedro Apóstol y el reconocimiento como «pontificias» de estas obras.

En los fundadores de las OMP, como en cualquier discípulo que quiera seguir a Jesús de cerca, identifica el Papa los tres fundamentos de su vida y de su misión, recogidos en el texto de los Hechos de los Apóstoles: “Para que sean mis testigos (…) hasta el confín de la tierra» y «recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros» (cf. Hch 1, 8).

Ser testigo es a lo que está llamado cada cristiano, porque la Iglesia, como dice el Papa Francisco: «no tiene otra misión sino la de evangelizar el mundo dando testimonio de Cristo. La identidad de la Iglesia es evangelizar» (Ibidem, 1). La expresión «hasta los confines de la tierra» es un cuestionamiento a todo discípulo para «ir siempre más allá de los lugares habituales para dar testimonio de Él» (Ibidem, 2), porque «ninguna realidad humana es extraña a la atención de los discípulos de Cristo en su misión» (Ibidem). Y todo ello sabiendo que «el Espíritu es el verdadero protagonista de la misión, es Él quien da la palabra justa, en el momento preciso y en el modo apropiado» (Ibidem, 3) y es, también, como nos recordaba el Santo Padre, «la única fuerza que podemos tener para predicar el Evangelio, para confesar la fe en el Señor» (Mensaje a las Obras Misionales Pontificias, 21-V- 2020).

También hoy la Iglesia necesita testigos que anuncien el Evangelio ante un mundo cada día más secularizado y que busca referentes ilusionantes. Nuestra diócesis, que empieza a sentir los estragos de una sociedad que organiza la vida desde referentes no cristianos, necesita seguir abriéndose al Espíritu, que le dé fuerzas e ilusión para seguir presentando una «Buena Noticia» que siga siendo fortaleza para una sociedad que tiene que buscar fundamentos firmes. En un mundo que relativiza los valores en función de la inmediatez, y que se esfuerza por hacer de nuestro compromiso religioso algo privado o folclórico, toca ser testigos del Resucitado a tiempo y destiempo, incluso desde el no reconocimiento social.

El mes de octubre, mes misionero por antonomasia, nos invita a continuar trabajando la sensibilidad de una Iglesia que tiene que seguir respondiendo al mandato de ir y anunciar el Evangelio a toda criatura (cf. Mc 16, 15). Pidámoslo así por intercesión de María.

Con afecto os saludo y bendigo.

+ Santiago Gómez Sierra

Obispo de Huelva

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