"El Evangelio de la familia"

"El Evangelio de la familia"

Agencia SIC

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Card. Juan José Omella El próximo martes se iniciará el IX Encuentro Mundial de las Familias, que se organiza en Dublín, Irlanda, y que tiene como lema "El Evangelio de la familia, alegría para el mundo". Asistirá un gran número de familias de nuestra archidiócesis.

os Encuentros Mundiales de las Familias se realizan cada tres años y congregan familias de todo el mundo para celebrar, orar y reflexionar sobre la importancia del matrimonio y de la familia como piedra angular de nuestras vidas, de la sociedad y de la Iglesia. El Encuentro Mundial de las Familias lo convoca el Santo Padre y lo promueve el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida de la Santa Sede. Estos encuentros fueron instituidos en 1992 por el papa San Juan Pablo II, que proclamó: "En la familia se forja el futuro de la humanidad".

Diferentes ciudades del mundo han acogido estos encuentros internacionales de la familia: Roma, Río de Janeiro, Manila, Valencia, Ciudad de México, Milán y Filadelfia. El tema siempre lo elige el Papa. En esta ocasión, con la elección de "El Evangelio de la familia, alegría para el mundo", nos invita a reflexionar sobre una cuestión que fue central para el proceso sinodal que condujo a su exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia -la alegría del amor-, sobre el amor en la familia.

Aunque no tengamos una definición exacta del término "el Evangelio de la Familia", a la luz de los documentos preparatorios del Sínodo de Obispos de 2014 podemos hablar al menos de tres sentidos en los que se puede comprender esta expresión relativamente nueva en la tradición de la Iglesia:

Por ello, el papa Francisco se desplazará esta semana a la capital de Irlanda para encontrarse con familias cristianas de todo el mundo: para confortar y animar a vivir con alegría y esperanza el amor conyugal y familiar. Nos quiere ayudar a descubrir cómo este amor es capaz de ofrecer alegría profunda, sentido de vida y plenitud existencial. Las crisis, que afectan tarde o temprano las familias, son también una buena oportunidad para crecer en el amor. Hay que acompañar y acompañarnos. Ayudémoslos y ayudémonos.

Queridos hermanos, roguemos, por favor, por los frutos de este Encuentro Mundial de las Familias.

+ Card. Juan José Omella

Arzobispo de Barcelona