Un sacerdote de Alcobendas, en Madrid, aclara la eterna duda: ¿Van los animales al Cielo cuando mueren?

El párroco de San Juan XXIII ha bendecido a las mascotas con motivo de San Antón, patrón de los animales, y aclara la duda de lo que ocurre con ellos cuando fallecen: "Desde el siglo II"

San Antón

Redacción Religión

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Es una pregunta que, aunque no lo creas, se lleva planteando desde el siglo II. ¿Los animales van al Cielo cuando mueren? Ahora que se ha celebrado San Antón, patrón de los animales, miles de personas han llevado a sus mascotas a las parroquias para bendecirlas.

 

Uno de los que lo han hecho fue Rafael Navarrete, párroco de la iglesia San Juan XXIII de Alcobendas, donde el pasado viernes 17 de enero bendijo a mascotas convencionales como pueden ser los perros y gatos, como especies más exóticas como lagartos, peces, tortugas, y hasta caballos.

“Nuestra parroquia es un barracón, una caseta de obra y ahora tenemos el proyecto de edificación, va a ser la parroquia más bonita del norte de Madrid. Es una comunidad muy joven, muchísimos niños, también ancianos... Como estamos en una zona apartada hay que hacer saraos para llamar la atención”, asegura con sorna en 'Ecclesia al día'.

Entonces... ¿van los animales al cielo?

Cuestionado por la gran pregunta que muchos se hacen, si los animales van al Cielo una vez son bendecidos por el sacerdote, Rafael Navarrete subraya que no hay unanimidad, y recuerda que en el siglo II ya se planteaba esta cuestión por el santo San Justino.

“Uno de sus libros de la Apología, se plantea si los animales van al cielo. San Justino dice que sí, que cuando toda la Creación va al cielo también los animales como criaturas, otra cosa es que puedan contemplar a Dios. Solo los hombres pueden contemplar a Dios”, puntualiza el párroco de Alcobendas.

¿cómo evitar caer en la tentación de humanizar a las mascotas?

El presbítero también ha hecho referencia a la tendencia de dotar de cualidades humanas a nuestras mascotas, si bien se reconoce la función importante que puede desempeñar un animal en una familia o en un hogar: “Muchos padres te dicen que cuando llegan a casa después de trabajar el primero que le saluda es el perro, porque los hijos están tirados jugando a la play. Pero hay un punto excesivo cuando se idolatra a los animales y se sacrifican a las personas, pero no hay que negar que los animales tienen un función evidente, dan compañía, a las personas ancianas les da una rutina, les obliga a salir a la calle...”, ha explicado Navarrete en TRECE.

El sacerdote propone para no caer en la tentación de humanizar a las mascotas “colocar a los animales en su lugar adecuado y ensalzando el bien de la vida humana. Si potenciamos el bien de la vida desde la creación más pequeña hasta la más extensa que es el ser humano, si ponemos a la vida en su sitio potenciando lo que significa la dignidad del ser humano, todo tenderá a recolocarse”, ha opinado.

Y es que como recalca Rafael Navarrete, a veces se caen en excesos como ver a perros “con jersey para no pasar frío. Los animales sí, pero en su sitio y siempre subordinado a lo que es el hombre”, ha agregado.