Omella nos llama en su mensaje de Navidad a no tener miedo ante la incertidumbre: "Dios no es ajeno"

El presidente de la CEE se ha dirigido especialmente a quienes más sufren para recordar que "Dios no quiere que nos asustemos ni perdamos la paz en la oscuridad"

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José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, ha felicitado la Navidad a todos los espectadores de TRECE, oyentes de COPE y usuarios de COPE.es. El también arzobispo de Barcelona ha deseado una Feliz Navidad “esta noche tan especial, llena de luz y esperanza”.

El presidente del episcopado, se ha dirigido especialmente a aquellos que viven “en la oscuridad y en la intermperie” o que están sufriendo por diversas circunstancias como “motivos personales, problemas de salud, por no tener trabajo, por la pérdida de un ser querido, por las inclemencias de la naturaleza como la erupción del volcán Cumbre Vieja o las inundaciones por la crecida del río Ebro”.

Y es que, como ha recordado el cardenal Omella, vivimos tiempos difíciles: “Los efectos de la crisis de 2008 se han visto profundamente agravados por los efectos de una pandemia cuyas consecuencias han generado una crisis sanitaria, económica y social que han alterado enormemente nuestras vidas”.

Pese a las dificultades por las que tantas familias atraviesan, el arzobispo de Barcelona remarca en su felicitación que este dolor no es ajeno a Dios: “Tampoco lo era la oscuridad que vivía el pueblo de Israel hace 2021 años. Dios no quiere que nos asustemos y perdamos la paz en la oscuridad”. En este sentido, ha recurrido al prólogo del Evangelio de San Juan, donde manifestaba que “la luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad no logra sofocarla”.

“El Misterio de la Navidad quiere penetrar en lo más profundo de nuestro corazón para alimentar nuestra esperanza y recordarnos que Dios se hace presente en la oscuridad y en la noche de la Humanidad. No nos asuste el escenario oscuro que nos toca vivir. Asustémonos de ser incapaces de ver o acoger esa luz que viene de lo alto”, ha expresado el presidente de la CEE.

En este punto, se ha preguntado por qué somos incapaces como sociedad de ver la luz de Dios que brilla en medio de las tinieblas. A juicio del cardenal Omella, se debe a que “nos dejamos dominar por las preocupaciones, las angustias y los miedos, hasta el punto de no poder mirar más allá de nosotros mismos, de quedar herméticos a la esperanza que viene de Dios”.

D. Juan José Omella advierte además del peligro no solo de no ver la luz de Dios, sino de no poder acogerla como consecuencia de nuestra vida acomodada y dispersa por multitud de distracciones que “nos deshumanizan y nos hace incapaces de salir a la intemperie para acompañar a quienes viven en ella”.

Ante este escenario, el presidente de la CEE considera que la Iglesia puede ofrecer más esperanza que nunca: “Queremos ayudar y compartir el calor de la comunidad cristiana y el consuelo de la fe”.

“En esta noche de la historia, la Iglesia invita a toda la humanidad a no perder la oportunidad de ver y acoger la luz de Dios. María es el gran testimonio de cómo puede cambiar la historia si una persona acoge esa luz que viene de lo alto y que lo transforma todo. Acogiendo el mensaje del ángel, María se convierte en la madre del Señor y en ella se realiza el misterio divino de la encarnación del Hijo de Dios”, ha agregado en su mensaje navideño el arzobispo de Barcelona.

Asimismo, apunta que tras el testimonio de la Virgen María, son muchos los hombres y mujeres que han acogido a Dios en sus vidas, pasando así a ser una luz para el mundo: “Estas personas actúan como el buen Samaritano, que ayudó al herido que estaba atendido en el borde del camino e ignorado por todos. Con nuestras acciones, podemos colaborar con Dios en la edificación de un mundo más humano. Si actuamos conjuntamente el fruto será abundante”, ha subrayado.

Para concluir, recordaba que el pasado 8 de diciembre tuvo la oportunidad de inaugurar y bendecir en Barcelona la Torre Virgen María de la basílica de la Sagrada Familia: “Es una guía en nuestro peregrinar por este valle de lágrimas camino del Cielo”.

Finalmente, ha pedido a los fieles acudir a Belén junto a María, San José y el Niño Jesús “para aprender cual es el lugar que nos corresponde en este mundo en este día”.

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