Los cursos prematrimoniales, una fuente de riqueza personal que permite resolver dudas de cara al matrimonio

Los organizadores defienden que no enseñan el secreto para que un futuro matrimonio sea feliz de manera permanente, pero sí contribuye a hacerse preguntas válidas

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José Melero CamposSantiago Tedeschi PradesLucía Para

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“Hemos pasado de tener a Dios en un lado, cerca nuestro pero a un lado, a meterlo en medio de la relación”. Es el testimonio de Javier, que pronto contraerá matrimonio por la Iglesia con su prometida, Rocío. La pareja, de profundos valores cristianos, reciben clases prematrimoniales en la parroquia de San Aurelio, en el barrio madrileño de Argüelles.

Unos cursos que no te enseña el secreto para que un futuro matrimonio sea feliz de manera permanente, pero sí contribuye a hacerte preguntas que te permitan conocer mejor a tu pareja: “Es recomendable hacerlo. Para casarte tienes que tener un certificado. Nosotros hicimos uno exprés un fin de semana, pero como teníamos dudas y nos hablaron muy bien de estos cursos, acudimos para resolver estas dudas”, explicaba en Aleluya Javier, prometido con Rocío.

El director del centro de Educación Sagrada Familia, Carlos Carazo, ha remarcado que en estos cursos los ponentes se caracterizan por ser realistas: “Estamos cansados de ver matrimonios con problemas, y por eso queremos ser realistas, que los novios tomen la decisión de casarse a conciencia, sabiendo que el matrimonio es un reto para toda la vida y que no es nada fácil”.

En la parroquia San Aurelio, los ponentes que imparten clases hablan desde la experiencia particular en su matrimonio, tanto los buenos como los malos momentos: “Los novios toman nota y con el paso de los años cuando te ven recuerdan lo que aprendieron aquí. Se les queda grabado”, comenta Carazo.

Prueba de ello es el de un matrimonio que pidió asesoramiento por los graves problemas de comunicación que tenían: “A veces venían recién llorados de casa los dos”, recuerda el director del centro de Educación Sagrada Familia. Al paso del tiempo, ofrecieron a ambos impartir una clase del curso prematrimonial sobre comunicación: “Los dos se escandalizaron porque era el tema que más les costaba. Pero nosotros buscamos justo eso. Queremos matrimonios con problemas reales y que los puedan compartir”, explica Carazo.

“Para nosotros es fundamental que a nivel grupal nos den charlas y nos resuelvan las dudas y los miedos que se pueden dar en pareja”, comenta Javier, que pronto se casará con Rocío.