Cobo, a sus obispos auxiliares: acoger tanto a las "ovejas generosas" como "rebeldes" de la Iglesia

En un ambiente de solemnidad, la Catedral de la Almudena ha celebrado la toma de posesión de los dos nuevos obispos auxiliares de Madrid: José Antonio Álvarez y Vicente Martín

Cobo, a sus obispos auxiliares: acoger tanto a las "ovejas generosas" como "rebeldes" de la Iglesia

Redacción Religión

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"Veo que aún no se os ha pasado el susto". Con este mensaje de empatía ha comenzado su homilía el arzobispo de Madrid en la Misa de ordenación episcopal de José Antonio Álvarez y Vicente Martín, que han tomado posesión este sábado, 6 de julio, como obispos auxiliares de la archidiócesis en la Catedral de la Almudena.

Con la sonrisa de los dos obispos ordenados en el rostro, el cardenal José Cobo les recordaba que "todos los que hemos pasado por este trance sabemos que hay llamadas del Señor Nuncio que cambian definitivamente la vida". Todo en un ambiente de solemnidad, emoción en el marco de una Almudena repleta de fieles y un total de 72 obispos.

El arzobispo de Madrid ha reflejado la trascendencia del momento y la misión que les aguardaba. Ha recordado a los nuevos obispos que estaban siendo llamados a un servicio desmedido, una llamada que mantenía el "susto" siempre presente, pero también la gratitud y el compromiso. "Hoy es una jornada de fiesta, un día lleno de luz y agradecimiento al Señor: Él os ha llamado por vuestro nombre a través del sucesor de Pedro", ha proclamado.

El cardenal Cobo ha subrayado la esencia de su nuevo ministerio: "Vosotros sois enviados a ser pastores en comunión íntima con Cristo, Buen Pastor", haciendo hincapié en que esta labor no se trataba solo de una responsabilidad administrativa, sino de una misión profundamente espiritual y humana.

"Apoyados solo en tu amor, experimentando nuestra debilidad, nos atrevemos a acoger el peso y la responsabilidad de servir en esta Iglesia que peregrina en Madrid", ha añadido, resonando con un eco de sinceridad y humildad. Esta llamada a mirar juntos hacia el futuro, dejando atrás los miedos y nostalgias de tiempos pasados, fue un llamado a la esperanza y al compromiso renovado con la misión divina.

José Cobo reclama una pastoral auténtica y enraizada en la vida del pueblo

El cardenal también ha abordado la realidad de la Iglesia, que ha descrito como una mezcla de situaciones y estados de ánimo, desde las ovejas rebeldes y cansadas hasta las entusiastas y generosas. "Queredlas, por favor, a todas. Miradlas como las mira Dios, con corazón de misericordia", ha implorado.

El cardenal Cobo ha continuado subrayando la importancia de la humildad y la cercanía. "Cualquier otro modo de ejercer la autoridad en la Iglesia, que no hunda sus raíces en este suelo y en el pueblo de Dios, es una planta extraña que no pertenece al Evangelio", ha advertido, llamando a una pastoral auténtica y enraizada en la vida del pueblo.

En la culminación de su homilía, ha instado a los nuevos obispos a aprender continuamente del Pueblo de Dios, especialmente de los más pobres y necesitados. "Recordad que, cuando la Iglesia o sus ministros se erigen en 'centro', el discipulado se funcionaliza y nos convertimos en administradores y controladores de la fe, en lugar de ser sus servidores y facilitadores", ha expresado.

Finalmente, les ha recordado que eran obispos de todos, de aquellos fervientes en su fe y de los que quizás se alejaron. Con un tono de esperanza y apertura, concluía Cobo con este mensaje: "Para ellas tendremos siempre los brazos abiertos a la acogida, sin preguntar por qué se marcharon ni qué sendas recorrieron; tendremos siempre las puertas de nuestra casa de par en par abiertas, siempre esperando".

José Antonio Álvarez y Vicente Martín: "Nos incorporamos con ilusión"

Al final de los agradecimientos, José Antonio Álvarez y Vicente Martín ha comentado que "nos incorporamos con ilusión y sueños en el proyecto evangelizador diocesano». "Soñamos poner, ante todo, en el centro de nuestra vida y ministerio al Dios que nos ha llamado para aprender a ver la humanidad, esta sociedad madrileña con su misericordia y abrazar el mundo con la esperanza del Evangelio. Ser Iglesia de la Pascua, abriendo caminos de esperanza, allí donde sea necesario», subrayan los dos obispos.

Aseguran que caminarán con toda la diócesis desde "la escucha, el diálogo y el discernimiento para descubrir juntos qué nos dice hoy el Espíritu y seguir llevando la luz del amor de Dios a todos los rincones y periferias, descubriendo entre todos el paso de Dios. Caminar juntos, soñar juntos y construir juntos es uno de nuestros retos. Ser Iglesia misionera y sinodal, Iglesia en camino, redescubriendo la vocación común bautismal y profundizando en nuestro ser comunidad cristiana en medio de una sociedad cada día más individualista y desvinculada".

A su vez, Álvarez y Martín sueñan "con el Reino de la paz, la justicia y la fraternidad en un mundo lleno de sombras, donde la dignidad humana está en crisis a causa de las guerras y las crecientes polarizaciones, del drama de las migraciones forzadas, de la precariedad laboral, de la violencia por los abusos y el deterioro de la casa común".

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