La historia de Teresa, la misionera que recibió doce puñaladas

La hermana Teresa ha trabajado como misionera durante más de 30 años en África, y un día recibió doce puñaladas

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La historia de Teresa, la misionera que recibió doce puñaladas

Javier González

Publicado el - Actualizado

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La Hermana Teresa Anayuelas nació en Burgos y es concepcionista misionera de la enseñanza. Cuatro países de Áfricay 38 años dan fe de su entrega y testimonio de vida.

Este año Teresa se encuentra en España, según ella para "recuperar fuerzas y ánimo". "Mi experiencia como misionera es un poco variopinta, y su vocación "radica en una llamada" que recibió en parte gracias a su madre.

Su misión en el Congo

Antes de viajar a la República Democrática del Congo sentía miedo porque no sabía francés. Pese a ello, su superiora le invitó a irse y le dijo que si no funcionaba se volvía. 38 años más tarde, su decisión parece que fue la acertada.

Su misión se basa en labores educativas en África: 24 horas, siete días a la semana en colegios, institutos, con niños, jóvenes... Pero a la hermana le han marcado dos acontecimientos: aquellos que le separaban de "su pueblo". Experimentó la importancia de la obediencia en primer lugar, cuando tuvo que salir del Congo por la guerra, y la dificultad que suponía "dejar al rebaño".

Dios me ha regalado poder compartir lo que mi pueblo vivía

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La respuesta directa de Dios

Después de levantar una antigua residencia saqueada, la religiosa atendió a muchas personas cercanas al desastre de la guerra en Ruanda. Muchos se acercaban a su misión, con relatos de sus familiares en el conflicto. "Le pedí al Señor que me dejara participar. Estar simplemente dándoles unas palabras, sin experimentar lo que estaba sucediendo, me parecía poco".

Necesitaba acercarse más. Una noche no podía dormir por estas pensamientos que le rondaban la cabeza. Por eso dejó el descanso del colchón en una misión africana, para ponerse delante de un sagrario y pedrile a Dios que le permitiera hacer algo más por las personas que sufrían.

Teresa nunca olvidará esta oración. Dos días después un señor "al que le daba el desayuno, que estaba un poco trastornado, me atacó con una bayoneta" y le asestó doce puñaladas. La religiosa no "sabía lo que estaba pasando" y los niños de al rededor solo pudieron ayudarla tirando piedras a su agresor. "Me vi en el suelo bañada en sangre y en mi corazón resonaban las palabras de Jesús: 'no temas. Soy yo, que he escuchado tu voz. Este es mi regalo'. Solo me queda agradecimiento para Dios, que me ha regalado poder compartir lo que mi pueblo vivía. Esa experiencia cambió mi ser interno de misionera".

Estoy orgullosa de ser española

Sus palabras son impactantes, pero sus gestos y su sonrisa, su agradecimiento por haber podido participar del sufrimiento de los que quería amar y ayudar, lo es más. La hermana Teresa trabaja actualmente en España y se siente "orgullosa de ser española". La gran labor que se realiza desde España con el mismo objetivo le agrada especialmente después de haber estado durante tantos años en el 'frente': "Todos somos misioneros".

La hermana Teresa emocionó con su testimonio a toda la rueda de prensa de presentación del Domund 2019. En el marco de los días previos a la jornada Mundial de las Misiones, la misionera compartió su testimonio para dar visibilidad a la gran labor que hacen -no solo ella- sino también los otros once mil misioneros españoles repartidos por los lugares más recónditos del mundo.