El valioso hallazgo que se ha producido en Toledo durante los trabajos de restauración de su Catedral tras 250 años oculto
Se han hallado las pinturas murales al óleo sobre yeso pintadas en 1511 por Juan de Borgoña y sus ayudantes Diego López, Luis de Medina y Alfonso Sánchez, que quedaron ocultas en 1780
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Salen a la luz las pinturas de Juan de Borgoña ocultas en la antesala capitular de la Catedral Primada de Toledo, durante los trabajos de restauración que se están realizando en el interior del templo.
Concretamente se ha hallado las pinturas murales al óleo sobre yeso, pintadas en 1511 por Juan de Borgoña y sus ayudantes Diego López, Luis de Medina y Alfonso Sánchez, que quedaron ocultas en 1780.
Los trabajos en la Sala Capitular se están realizando con motivo de la celebración del VIII Centenario de la Catedral gótica, y cuya primera fase comenzó en el año 2019, pero interrumpida por las consecuencias de la pandemia.
El Cabildo Primado decidió continuar la restauración de la puerta de acceso, que pertenecía a la antigua capilla de Santa Isabel, y del llamado Zaguán o Antesala. En la actualidad, en este lugar, adosados a sus muros laterales, se encontraban dos armarios que sirvieron para contener las actas de las reuniones del Cabildo.
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El primero de ellos, de madera de nogal, situado en el muro izquierdo, fue construido por el escultor Gregorio Pardo, comenzado en 1549 y acabado en 1551, y el otro, imitando al anterior, en el muro derecho, fue realizado por Gregorio López Durango en 1780.
Conforme a las pautas de restauración, y con la ayuda financiera de la Fundación ACS, el proyecto incluye el traslado de este segundo armario para recolocarlo en un nuevo espacio museístico. Al desmontar este armario, después de 250 años, han salido a la luz las referidas pinturas murales al óleo sobre yeso, pintadas en 1511 por Juan de Borgoña y sus ayudantes Diego López, Luis de Medina y Alfonso Sánchez.
Estas pinturas constan de tres escenas enmarcadas por pilastras y zócalo. En la central está el escudo del cardenal Cisneros en forma de testa de caballo rodeado por dos cornucopias de la abundancia y dos jarrones a ambos lados, uno con clavelinas y el otro con azucenas. Sobre ellos una corona de laurel, el capelo cardenalicio y los cordones de quince borlas sostenido por dos querubines. En ambos laterales dos escenas de jarrones con árboles frutales sostenidos por tres figuras de niño.
Al finalizar el proceso de restauración el visitante podrá adentrarse en el Zaguán, uniéndose al conjunto de la Sala Capitular, permitiendo una nueva visión para disfrute de los amantes del arte del Renacimiento y de la Catedral de Toledo.