Los obispos católicos americanos exigen que la paz reemplace la violencia tras el asalto al Capitolio
El Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez, ha pedido "volver a comprometernos con los valores y principios de nuestra democracia y unirnos como una nación bajo Dios"
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Los obispos católicos condenaron enérgicamente la incursión de manifestantes dentro del edificio del Capitolio mientras el Congreso debatía este miércoles 6 la certificación de los resultados de las elecciones presidenciales, provocando la evacuación de legisladores y el asesinato a tiros de una manifestante por parte de las fuerzas del orden.
“Me uno a las personas de buena voluntad para condenar la violencia hoy en el Capitolio de los Estados Unidos”, dijo el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB). “Esto no es lo que somos como estadounidenses. Rezo por los miembros del personal del Congreso y del Capitolio y por la policía y todos los que trabajan para restaurar el orden y la seguridad pública”, expresó.
“La transición pacífica del poder es uno de los sellos distintivos de esta gran nación”, agregó. "En este momento preocupante, debemos volver a comprometernos con los valores y principios de nuestra democracia y unirnos como una nación bajo Dios", afirmó.
Por su parte, el Arzobispo de San Francisco, Mons. Salvatore Cordileone, señaló que “atacar el Capitolio de los Estados Unidos para expresar su temor de que la democracia haya sido negada es equivocado y también contraproducente. Las dudas sobre elecciones libres y justas no se pueden remediar con violencia contra las instituciones democráticas”.
“A las muertes causadas por una pandemia y la destrucción causada a los medios de vida de las personas, no necesitamos agregar un intento de guerra civil. Pedí el fin de la violencia en las calles cuando ocurrió este verano. Hago un llamado a todos los estadounidenses de buena voluntad para que denuncien esta violencia contra el Capitolio de nuestra nación ahora", expresó. El Arzobispo pidió “que el Príncipe de Paz ponga fin a esta lucha y traiga sanación y críticas constructivas en lugar de la ley de la turba. Y que Dios bendiga a Estados Unidos”.
Por su parte, Mons. Gomez confió el país al corazón de la Santísima Virgen María para que “ella nos guíe por caminos de paz y obtenga para nosotros la sabiduría y la gracia de un verdadero patriotismo y amor al país”. En la cuenta de Twitter de la USCCB se pidió: "Señor Dios de la paz, escucha nuestra oración".
También transmitió una oración desde el Santuario Nacional: “Oremos por la paz en nuestra nación. María Inmaculada, ruega por nosotros”.
También se pronunció el Arzobispo de Baltimore, Mons. William Lori, que calificó las protestas de "impactantes e ilegales". “Oramos fervientemente por la paz y la protección de Dios sobre nuestro país, nuestros legisladores y todos los que se encuentran en peligro este terrible día. Que los estadounidenses de buena voluntad amantes de la paz en todo Estados Unidos se unan para generar paz, reconciliación y sanación en nuestra nación herida y quebrantada, que permanece y siempre debe ser una, bajo Dios”.
Mons. Nicholas DiMarzio, Obispo de Brooklyn pidió orar por el país "en este día sin precedentes de caos nacional, para que podamos volver al gobierno de la ley". "Somos mejores que esto. Nosotros, como pueblo, siempre hemos respetado nuestras diferencias. La transferencia pacífica del poder es el sello distintivo de nuestra democracia”, afirmó.
Otro obispo que se pronunció en contra de las protestas fue Mons. Frank Caggiano, de Bridgeport. “Hay pocas palabras que puedan describir la conmoción que siento al ver nuestro Capitolio ocupado por alborotadores violentos. Como estadounidenses, deberíamos estar profundamente perturbados al ver un importante símbolo de libertad en nuestra nación violado de esa manera. Nuestra nación es mejor que eso”, dijo en Twitter.
“Como personas de fe, condenamos la violencia en todas sus formas como una traición moral al Evangelio”, dijo. "También sabemos que nuestra nación necesita la oración, ahora más que nunca, para que siempre podamos seguir siendo una nación, bajo Dios".
El Obispo pidió a la gente unirse en oración por Estados Unidos "durante este momento sin precedentes y aterrador en nuestra historia". “Oremos por la paz en nuestras comunidades, en nuestra capital, en nuestro país, pero sobre todo, en nuestro propio corazón”, dijo.