Así vive su fe Gabriele Finaldi, el director del prestigioso museo National Gallery de Londres

Gabriele Finaldi es un hombre de fe. Quizás a muchos no les suene su nombre, pero si decimos que dirige el National Gallery en Londres, uno de los museos más prestigiosos del planeta, la cosa cambia. Anteriormente, Finaldi fue director de conservación del Museo del Prado.

En una entrevista con el redactor-jefe de la revista 'Misión', José Antonio Méndez, (https://www.revistamision.com/no-veo-la-fe-solo-como-una-expresion-cultural-sino-como-expresion-de-verdades-profundas/) sostiene que el arte nos permite ver cosas que en circunstancias normales no vemos, y eso tiene mucho que ver con la libertad que nos ha dado Dios. Como responsable de uno de los museos más importantes del mundo considera una norma esta recomendación evangélica: “sacar del baúl lo nuevo y lo viejo, y seleccionarlo…tenemos que rescatar de nuestro bagaje cultural lo bueno y mantenerlo como algo valioso, y eso no es fácil, porque muchas veces las ideologías del momento quieren deshacer o destruir el pasado.

Durante la entrevista habla de la fe que le transmitieron sus padres en una familia numerosa, de ocho hermanos. Para él la fe no es solo una expresión cultural, sino la comunicación de la verdad más profunda del ser humano, y eso tiene un enorme valor para toda la sociedad. Contemplar la belleza divina nos permite reconocer la belleza y la dignidad en las personas, en los pobres, en las necesidades sociales, y también en la pintura y en la música…

Cuando le preguntan dónde están hoy los creadores católicos, reconoce que muchas veces son apartados, porque se quiere apartar la voz de la Iglesia pero escuchar también observa que la propia Iglesia, en los últimos tiempos, no ha sido muy brillante a la hora de desarrollar el talento artístico, y eso es preocupante, porque los creyentes deberían estar contribuyendo de una manera muy potente y generosa. ¿Qué hacer para lograrlo?: Finaldi no tiene la respuesta pero pienso que lo más importante es que, donde haya fe, que sea fe verdadera. Y después, Dios dirá.

También habla de su mujer y de sus seis hijos, y de cómo comparten su tarea profesional. Y reconoce con sinceridad que Dios da fuerza para hacer cosas que a primera vista parecen imposibles. Si tuviera que salvar un solo cuadro elegiría El tránsito de la Virgen, de Andrea Mantegna, porque piensa que recoge en sí toda una civilización. En cambio para rezar prefiere La Anunciación de Fray Angélico, un cuadro lleno de ternura humana y, a la vez, de historia de salvación, tanto personal como para la humanidad.