El Papa Francisco en la audiencia con los seminaristas de Córdoba: "En el camino de Jesús hay que avanzar en comunidad"
El Santo Padre ha compartido un encuentro con los miembros del Seminario Conciliar de San Pelagio y con el obispo de Córdoba
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El Papa Francisco ha recibido este viernes a los miembros del Seminario Conciliar de San Pelagio (Córdoba), acompañados por Demetrio Fernández, obispo de la diócesis de Córdoba. En la audiencia, que ha tenido lugar en la Sala Clementina del Vaticano, el Santo Padre ha dirigido unas palabras a los seminaristas centradas en la esperanza, que son “las señales que nos van marcando el itinerario” del viaje de la vida.
A los seminaristas y formadores del Seminario Conciliar San Pelagio, el Santo Padre les propone precisamente tres “señales” de la esperanza que nos indican el camino de la vida. La primera señal a la que hace referencia el Pontífice es la “dirección hacia el cielo, al encuentro definitivo con Jesús”. “No a las primeras posiciones, no a los sitios más cómodos, esos son callejones sin salida, que si tenemos la desdicha de embocarlos debemos salir marcha atrás con trabajo y vergüenza”, planteaba Francisco.
La segunda señal de la esperanza tiene que ver con “los peligros en el camino”. Para reflexionar sobre esta señal, el Pontífice les recuerda a los seminaristas que deben “armarse con el yelmo de la esperanza para perseverar en el camino del señor”. Francisco les ha dicho así: “En medio del dolor de una guerra, de la crueldad más indigna del ser humano, se puede dar testimonio convencidos de que Jesús los sostendrá siempre y nos dará además la fuerza de ser sembradores de esperanza”.
La tercera señal que apuntaba el Santo Padre son “las zonas de avituallamiento”. Haciendo referencia al camino que ha llevado a los seminaristas de Córdoba a Roma, atravesando la Puerta Santa, y visitando las tumbas de los apóstoles, les incide en que “necesitan ser sostenidos, sentir la presencia del que es nuestra única esperanza, Jesús”. “Él se nos da como alimento en su palabra y en la Eucaristía, nos repara cuando pinchamos en medio de la carretera y nos acoge cuando nos vence la fatiga. Sin esa esperanza, ponernos en camino sería una locura, pero fiados en Él no tenemos dudas de que llegaremos al puerto deseado”, reflexionaba el Papa.
El Papa Francisco concluía este encuentro con los miembros de la Comunidad del Seminario de Córdoba recordando a los seminaristas que “no piensen nunca que sembrar esperanza es decir palabras de cortesía u optar por un buenismo dulzón” y que, “en este camino de Jesús”, “no se puede avanzar solo, sino en comunidad”.