Un siglo desde que el Bambino Gesú es el "hospital del Papa": el lugar de los niños enfermos

Se trata de un auténtico punto de referencia para el cuidado de los niños enfermos de Roma y de todo el mundo. Fue hace 100 años cuando se convirtió en lo que conocemos como el 'Hospital del Papa' gracias a la donación hecha el 20 de febrero de 1924 por parte de los duques de Salviati, quienes fundaron el hospital en 1869, a la Santa Sede, a través del entonces cardenal vicario Basilio Pompili y con el consentimiento del Papa Pío IX.

El hospital nació en el siglo XIX de la mano de la duquesa Arabella Salviati quien imitando el modelo del “Hospital des Enfants Malades” en París, decidió poner en marcha un hospital que atendiera únicamente a niños de la capital italiana ya que hasta entonces siempre se les internaba en los pabellones junto a los adultos sin realizarse diferenciaciones entre ellos. La primera sede del hospital se inauguró en un ala de Via delle Zoccolette, en la que ingresaron cuatro niñas enfermas que fueron atendidas por las Hermanas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.

La primera visita de un pontífice, la de San Juan XXXIII en 1958

El hospital de los niños fue creciendo cada vez más y fue en 1924 cuando la familia Salviati, para asegurarse de su funcionamiento, decidió donarlo a la Iglesia. Aunque desde 1887, el hospital ha estado ubicado en el lugar en el que se encontraba el antiguo convento de San Onofrio, en la colina del Janículo, está previsto que para el próximo 2030 el Bambino Gesú se traslade a la zona del antiguo hospital romano Carlo Forlanini.

La primera vez que un Pontífice visitó de forma oficial este hospital fue en 1958 de la mano de San Juan XXXIII. Otros Papas que también lo han visitado: San Pablo VI en 1968, San Juan Pablo II en 1979, Benedicto XVI en 2005 y nuestro pontífice actual, el Papa Francisco, en 2017.

Una referencia en el campo de la asistencia y la investigación

Se trata del primer hospital pediátrico de Italia y el más grande, además de ser una auténtica referencia en el campo de la asistencia e investigación en Europa. En él se han realizado operaciones sin precedentes como la que tuvo lugar en 2020 para llevar a cabo la separación de dos hermanas siamesas africanas de dos años de edad. Dicha operación estuvo a cargo de unos 30 médicos y enfermeros. Las hermanas, provenientes de la República Centroafricana, nacieron unidas por la nuca, por el cráneo y por la mayor parte del sistema venoso común. La operación fue un auténtico éxito demostrando que los cerebros de las dos pequeñas, llamadas Ervina y Prefina, acabaron intactos y sus sistemas nerviosos funcionaron bien.