Francisco pide encomendar la paz en Myanmar, Tierra Santa y Ucrania a la Virgen en este mes de mayo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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''Invito a todos a invocar al intercesión de María para que el Señor conceda la paz al mundo entero. Especialmente a la martirizada Ucrania, Palestina, Israel y Myanmar'' ha incidido el Papa en la audiencia de hoy miércoles. Los conflictos abiertos en el mundo siguen presentes en las palabras de Francisco.
En esa petición de paz ha tenido presente a san Estanislao (1030-1079), obispo, mártir y patrón de Polonia. Hoy el país eslavo celebra su fiesta. Citando a san Juan Pablo II, ''desde lo alto del cielo compartía los sufrimientos y esperanzas de su nación sosteniendo su supervivencia, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial’’, ha recordado Francisco en su saludo a los peregrinos polacos. También deseaque, por intercesión de san Estanisalo, se consiga la paz en Europa y en todo el mundo.
El Papa ha estado acompañado por una imagen de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina. Hoy, 8 de mayo, es su día. ‘‘Pidamos por Argentina para que el Señor la acompañe en su camino’’. El Papa ha hecho una ofrenda floral. De igual manera ''Hoy la Iglesia eleva la súplica de la oración a Nuestra Señora del Rosario de Pompeya. Invito a todos a invocar al intercesión de María para que el Señor conceda la paz al mundo entero''. Aquí ha citado Tierra Santa, Myanmar y a la ''martirizada Ucrania''. El Papa encomeidna a la Virgen ''a los jóvenes, enfermos, ancianos y recién casados aquí presentes''. También exhorta al rezo del rosario este mes de mayo.
A las puertas del día de la Asecensión, que en Roma se celebra mañana 9 de mayo, Francisco exhorta a elevar los ojos al cielo, donde Jesús está sentado a la derecha del padre. Mañana, además, Francisco dará lectura a la bula del jubileo de Roma 2025.
Esta ha sido la primera audiencia general del mes de mayo tras la solemnidad de san José. Francisco continúa con el ciclo de catequesis sobre vicios y virtudes. Esta ha sido la número 18, dedicada a la virtud teologal de la esperanza. En base a la carta de san Pablo a los Romanos 8, 18-24. Así termina este pasaje: ''Aguardamos la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo pues hemos sido salvados en esperanza''.
Para Francisco, esperanza y paciencia van de la mano, ''siempre sabiendo que el Señor estás cerca de nosotros y que la muerte será victoriosa. Dios perdona todo, siempre. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón''. Una forma de pecar contra la esperanza es quedarse anclado en el pasado. ''Pecamos cuando no tomamos decisiones que nos comprometan de por vida'', pero no olvidemos que ''Dios es más grande que nuestro pecado''.