Aurora, madrileña en Kazajistán: "El Papa Francisco es un mensajero de paz, concordia y unidad"
Esta laica católica española trabaja en la Universidad de Almaty y está comprometida con proyectos sociales y de promoción de valores cristianos para la sociedad kazaja
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Aurora Díaz Soloaga es una laica católica española, miembro de la Prelatura del Opus Dei, que vive hace 15 años en la República de Kazajistán, trabaja en la Universidad de Almaty y está comprometida con proyectos sociales y de promoción de valores cristianos para la sociedad kazaja.
Al micrófono de Eva Fernández, corresponsal de COPE en Italia, ha asegurado que “el hecho de que el Papa venga a Kazajistán es una gran alegría por los pocos católicos que vivimos aquí que nos sentimos privilegiados porque el Papa viene a vernos, viene a nuestro país”.
Asimismo, la presencia de Francisco es importante también para las demás personas de otras religiones o ateos porque entienden que “el Papa es un mensajero de paz y habla de concordia, unidad, en un país de muchísima diversidad cultural, que valora mucho precisamente esa tolerancia verdadera hacia lo distinto y lo diverso”.
“Por eso ha habido muy buena acogida y al Papa se le considera con muchísimo respeto y diría que con mucho cariño”, ha añadido Aurora.
El discurso del Papa en la inauguración del 7º Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales
Un momento de oración silenciosa con los líderes religiosos abrió el segundo día de la “peregrinación de paz” del Santo Padre a Kazajistán. El Pontífice impartió este martes un discurso en la inauguración del séptimo Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales.
En un mensaje en el que confluyen lo pastoral con lo poético, el Sucesor de Pedro sostuvo que, “ante el misterio del infinito que nos sobrepasa y nos atrae, las religiones nos recuerdan que somos criaturas; no somos omnipotentes, sino mujeres y hombres en camino hacia la misma meta celestial”.
Para el Papa, “la condición de criaturas que compartimos instaura así una comunión, una auténtica fraternidad”. “Nos recuerda - continuó Bergoglio -, que el sentido de la vida no puede reducirse a nuestros intereses personales, sino que se inscribe en la hermandad que nos caracteriza”.
Francisco mencionó el valor actual, junto al valor inmortal de la religión que Kazajistán “promueve admirablemente, acogiendo desde hace una veintena de años este Congreso de relevancia mundial”. La presente edición, según el Pontífice, nos lleva a reflexionar sobre nuestro rol en el desarrollo espiritual y social de la humanidad durante el período pospandémico.