Francisco recuerda a los fieles que la oración y la caridad siempre van de la mano

Durante la Audiencia General, el Santo Padre ha utilizado como hilo conductor de su reflexión al profeta Elías, una de las figuras más interesantes de la Sagrada Escritura

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Redacción Religión

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El Papa Francisco ha celebrado una nueva Audiencia General este miércoles, aunque en esta ocasión no ha sido en el Patio de San Dámaso como consecuencia de la lluvia, obligando al Santo Padre y a los fieles a trasladarse al Aula Pablo VI del Vaticano.

Tras haber dedicado sus últimas catequesis a reflexionar acerca de cómo curar la creación tras la pandemia, el Papa Francisco reanudó sus reflexiones sobre el tema de la oración proponiendo, en esta ocasión, una de las figuras más interesantes de la Sagrada Escritura: el profeta Elías.

Interesante figura del profeta

El Santo Padre comenzó su reflexión en lengua italiana proponiendo al profeta Elías, uno de los personajes más interesantes de la Sagrada Escritura, que “va más allá de los confines de su época” y en el que es posible “vislumbrar su presencia también en algunos episodios del Evangelio”. De hecho, recordó que Elías aparece junto a Jesús y Moisés, en el momento de la Transfiguración y que el mismo Señor “se refiere a su figura para acreditar el testimonio de Juan Bautista”.

En una brisa suave

La Audiencia comenzó con la lectura Bíblica tomada del primer libro de los Reyes en el que se relata que el Señor no estaba en el viento, ni en el terremoto, ni en el fuego, sino en el murmullo de una suave brisa, tal como lo percibió Elías en la entrada de una cueva. Y el Papa afirmó que, tal como lo cuenta la Biblia, “Elías aparece de repente”, y “de forma misteriosa, procedente de un pequeño pueblo completamente marginal”, después de lo cual “saldrá de escena, bajo los ojos del discípulo Eliseo, en un carro de fuego que lo sube al cielo”.

Elías es hombre de Dios

Francisco destacó asimismo que la Escritura nos presenta a Elías “como un hombre de fe cristalina” y que durante toda su vida fue recto e incapaz de acuerdos mezquinos. A la vez que fue el primero en ser sometido a dura prueba, permaneciendo fiel. De manera que Elías: es el ejemplo de todas las personas de fe que conocen tentaciones y sufrimientos, pero no fallan al ideal por el que nacieron”.

Por otra parte, el Santo Padre dijo que en la oración siempre se suceden momentos de entusiasmo y otros de dolor. Esta realidad de que la oración es así y se encuentra en muchas otras vocaciones bíblicas, al igual que en el Nuevo Testamento.

Elías hombre de vida contemplativa y activa

Elías es el hombre de vida contemplativa y, al mismo tiempo, de vida activa, preocupado por los acontecimientos de su época, capaz de arremeter contra el rey y la reina, después de que habían hecho asesinar a Nabot para apoderarse de su viña. Y manifestó la necesidad de cristianos con celo que actúen con el valor de Elías ante los líderes.

No debe existir dicotomía en la vida de quien reza

“Así – dijo el Papa – nos muestra que no debe existir dicotomía en la vida de quien reza: se está delante del Señor y se va al encuentro de los hermanos a los que Él envía. La prueba de la oración es el amor concreto por el prójimo. Y viceversa: los creyentes actúan en el mundo después de estar primero en silencio y haber rezado; de lo contrario su acción es impulsiva, carece de discernimiento, es una carrera frenética sin meta”.

La oración y la caridad van de la mano

“La vivencia de Elías – dijo el Papa – nos revela que la oración pasa por un camino de crecimiento, que a él lo condujo a la experiencia de un encuentro personal con Dios, que se le manifestó en el signo humilde del ‘murmullo de una brisa suave’, y le devolvió la calma y la paz a su corazón cansado”.

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