La retirada de los militares estadounidenses de Afganistán amenaza la presencia de los cristianos en la zona

Después de 20 años de presencia, las tropas estadounidenses destinadas en Afganistán comienzan a retirarse. Este suceso supone un nuevo escenario que debe afrontar el país árabe, aunque nos son pocas las preocupaciones que esto provoca dentro de la Iglesia local.

La única iglesia católica que tiene Afganistán se encuentra en la embajada italiana, ubicada en Kabul, la capital afgana. Esta permaneció clausurada durante el confinamiento provocado por la pandemia de la covid-19.

La Constitución de 2004, que rige a día de hoy en Afganistán, prohíbe cualquier culto que no sea el musulmán, definiendo a la nación como una república islámica. Por este mismo motivo, la conversión al cristianismo y la predicación del Evangelio están prohibidos en el país. Es por ello que los misioneros presentes en Afganistán deben actuar siempre de forma muy prudente, a fin de no ser acusados de un delito grave.

Las misiones en Afganistán, una esperanza para los cristianos locales

En 2002, San Juan Pablo II instauró una misión independiente ('sui iuris') en el lugar a tres sacerdotes, de manera que estos pudieran encargarse de las necesidades pastorales de los 210 católicos que viven en Afganistán. Sin embargo, no son los únicos misioneros presentes en el país musulmán, ya que los jesuitas y las Misioneras de la Caridad pudieron entrar en 2004, los primeros para enfocarse en la educación y las segundas para ofrecer asistencia humanitaria.

La retirada de los militares estadounidenses de Afganistán supone una gran preocupación para los católicos del lugar, ya que los talibanes amenazan con su regreso. No obstante, los cristianos ya han expresado que no se marcharán del país a menos que se vean obligados a ello, ya que comenzaron su labor antes de que los norteamericanos llegaran a la zona.

La situación actual en Afganistán es confusa. Mientras que los medios de comunicación occidentales advierten de que los talibanes están ganando terreno, el gobierno afgano afirma haber rescatado todos los distritos controlados por la facción rebelde.

En cualquier caso, la mayor preocupación en estos momentos es que la situación en Afganistán no derive en una guerra civil. Para ello, los católicos del lugar esperan que los países vecinos contribuyan a mantener la estabilidad durante la transición del país árabe, ya que "es su interés que Afganistán permanezca en paz".