El drama de los migrantes en Arguineguín: “Quieren saber qué va a pasará con sus vidas”

La llegada masiva de migrantes a las costas Canarias en busca de una vida mejor ha sido un drama humanitario que ha marcado el 2020. En lo que va de año, más de 19.000 personas han desembarcado en las islas, la gran mayoría procedentes de Marruecos. El mulle de Arguineguín se convirtió en agosto en un campamento improvisado en el que han llegado a dormir más de 2.600 personas.

Tres meses después, a finales de noviembre, vimos por primera vez el espacio totalmente vacío. Los últimos 600 migrantes que quedaban en el muelle, fueron trasladados al campamento de Barranco Seco, a 8 kilómetros de Las Palmas de Gran Canarias. Siguen en las islas y pasarán allí la Navidad. Lejos de sus familias, y ¿en qué condiciones?

José Antonio Benítez es claretiano, miembro del secretariado pastoral de migraciones y de la capellanía del CIE, el Centro de Internamientos de Extranjeros. Asegura que tras las deportaciones a Mauritania, el centro cuenta con 42 personas. José Antonio sostiene que desde la Iglesia Católica denuncian “una alteración del sistema jurídico y del estado de derecho” en el espacio del CIE. No lo consideran “un espacio para que estas personas que no han cometido ningún delito tengan que estar”, ya que “están privados de libertad”.

Eso sí, destaca que el personal que allí les atiende así como la Policía “les trata genial”. Los migrantes “están desando salir para continuar con su trayecto migratorio”. Sobre cómo van a pasar fechas tan especiales como las Navidades, José Antonio asegura que “mal”. “Si a nosotros nos restringen horarios, nos limitan la libertad de movimiento por el coronavirus y la que estamos liando, imagina estos chavales que tienen que estar encerrados”, lamenta. Están ansiosos por saber “qué va a pasar con sus vidas”. Por norma, no pueden estar en el CIE más de 60 días.