Pietro Sarubbi, el Barrabás de Mel Gibson: "El Señor utiliza la mirada de los hombres para hablarnos"
El actor, que se convirtió rodando 'La Pasión de Cristo', es uno de los protagonistas de la película 'El Beso de Dios' que se estrena este viernes en los cines de España
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Este viernes, 22 de abril, se estrena en los cines de nuestro país, 'El Beso de Dios', un documental producido por 'Océano Entertainment' y distribuida por 'European Dreams Factory', en el que se redescubre la Santa Misa en todos sus aspectos, desvelando significados ocultos de cada una de las partes de la celebración y haciendo potentes referencias al Antiguo y al Nuevo Testamento.
La película, dirigida por Pietro Ditano, ha sido rodada durante varios años para recoger imágenes de la naturaleza en diversos lugares del mundo, relacionando así la Creación y la celebración de la Eucaristía. El filme cuenta con la narración de Eduardo Verástegui y con impactantes testimonios y explicaciones de personalidades como José Pedro Manglano, Pietro Sarubbi (actor de Barrabás en 'La Pasión de Cristo'), el bicampeón de Fórmula 1 Emerson Fittipaldi o el autor de superventas Scott Hann entre otros, y con piezas musicales de Andrea Bocelli y del rapero Almighty.
ECCLESIA ha tenido la posibilidad de entrevistar a Pietro Sarubbi, actor de Barrabás en 'La Pasión de Cristo' de Mel Gibson.
Deseaba encarnar uno de los apóstoles y no ocultó su decepción cuando Mel Gibson le comentó que lo buscaba para interpretar a Barrabás... “La verdad es que deseaba actuar como el apóstol Pedro no por algo espiritual, sino porque pagaban mejor por día trabajado y Barrabás aparecía muy poco tiempo. Entonces argumenté que yo era una persona famosa y no me podían dar un papel pequeño”. Pero terminaría de Barrabás y algo más finalizaría durante el rodaje, breve, pero fundamental para el resto de su vida...
- Pietro Sarubbi, 'El Beso de Dios', ¿Por qué aceptaste esta propuesta? ¿Qué te impactó?
El actor siempre tiene una curiosidad por el trabajo, siempre está enamorado de su trabajo. También es verdad que la fragilidad que tiene el actor en su trabajo, a veces lo lleva a tomar decisiones equivocadas, así que cuando me propusieron este proyecto, que al principio me pareció bastante raro, traté de entenderlo mejor.
Y así, como hago siempre cuando no entiendo las cosas, empecé a poner algunas dificultades: solo puedo estos días, no tengo carnet de conducir, tienes que venir a buscarme a esta ciudad... y ellos dijeron que sí a todo. Yo estaba muy a la defensiva, pero cuando conocí a los chicos de la película quedé impactado porque son unos chicos maravillosos. Pietro Ditano, el director de la película, es un encanto de persona y sorprende por lo honesto y puro que es, casi parece extraño que sea un director de cine.Tú sabes perfectamente cómo es el cinismo del cinema, lo decía Fellini, Monicelli, ellos disfrutaban contando ese cinismo y esa crueldad del cinema romano.
Entonces llegué al set de grabación de la película y sobre todo me interesaba la historia y me gustaba su punto de vista y fue así que me encontré en esta película.
- En el tráiler de la película dices esta frase: “En aquella mirada había un grandísimo amor, en un mundo donde se es poquísimo amado, encontrar una mirada de gran amor, impacta”, ¿crees que en este mundo falta una mirada de amor?
¡Absolutamente sí! Y la pandemia de la covid-19 dio el golpe de gracia, nos hemos convertido en egoístas. Cuando me refería a un "mundo sin amor" me refería al mundo del entretenimiento, de la comunicación, de los periódicos, de la televisión, del cine, pero se puede utilizar para todo. Cuesta mucho amar, amar a las personas, porque el egoísmo del cansancio que estamos viviendo ahora, la crisis económica de antes, el covid después, las guerras de ahora… hay una dificultad en ser sensibles.
Estamos muy centrados en nosotros mismos y no miramos, y al no mirar no encontramos la mirada de Cristo.
- Pietro, tú eres un actor y a menudo nos hacen creer que el artista es un hombre feliz, lleno de alegría y satisfacción. En realidad muchas veces los artistas se encuentran solos y tristes y tú lo has experimentado, y en un momento de tu vida has encontrado tu verdadera alegría. ¿Cómo fue ese momento?
Cuando era niño, solía ver a todos estos actores felices en los periódicos y en las revistas y te da esta impresión. En realidad es un mundo de gran cansancio y de gran dolor e hipocresía. Si miras las últimas películas de Fellini, se cuenta esta falsa felicidad y esta falsa alegría.
- ¿Por qué acepto ese papel de Barrabás en 'La Pasión' y qué te llamó la atención de Mel Gibson?
De Mel Gibson me llamó la atención su extrema humildad, su gran energía y también el gran amor que le tenía a su proyecto. Yo, en mi locura de esos años, al principio dije que no a esa película porque el personaje era demasiado pequeño y yo quería hacer un personaje más importante, pero no por razones religiosas, teológicas o poéticas, sino por una cuestión económica. Los actores nos pagan por días y Barrabás dura muy poco en la película.
En mi locura de aquella época, en la que no paraba de trabajar, tenía tanto éxito y podía permitirme decir que no, se le ocurrió a Mel Gibson que, en lugar de despedirme como lo hubiera hecho cualquier director italiano a la mínima oposición, él se quedó allí una hora para convencerme y discutir conmigo sobre la belleza de ese proyecto y lo necesaria que era mi presencia para él.
No acepté por dinero, ni por éxito o por amor al director, acepté impactado por lo enamorado que estaba de su proyecto, al punto de poner todo en un segundo plano.
- ¿Se puede decir que hay un Pietro antes y un Pietro después de la película?
Absolutamente si, incluso podemos decir perfectamente que hay un Pietro antes de Cristo y uno después de Cristo. A veces me miro y casi me da risa ver cómo era antes.
- Antes de esta entrevista volví a mirar tu famosa mirada a Jim Caviezel, el actor que protagoniza a Jesús en 'La Pasión' y me emocioné. Nunca olvidarás esa mirada, ¿verdad?
Absolutamente no, porque ese es el comienzo. No es todo, pero es el comienzo de una conversión. Yo cuando hago esa mirada me quedo sorprendido por este momento, en absoluto silencio. Me quedo como bloqueado. En el cine hay gente a la que se les paga para decir “stop” durante las grabaciones y todos estaban quietos, como si estuvieran suspendidos. Duró un minuto. Mel Gibson quedó muy impresionado e hicimos esa escena unas 50 veces, como todas las escenas, porque él es un perfeccionista absoluto.
Nunca más ha habido esa intensidad como la primera vez que grabamos la escena. Para contar la intensidad de una mirada de 1 minuto, él cogió tres trozos por separado y creó esa escena.
- Y después de algunos años no dudaste en contar tu conversión...
Digamos que al principio no entendía muy bien lo que me estaba pasando y me costó varios meses para entenderlo. Pero lo raro es que durante las muchas premier que hicimos, a muchos periodistas les llamó la atención este personaje de Barrabás y recibí muchas entrevistas.
Y mientras me hacían las preguntas, era como si empezase a entender lo que me estaba sucediendo. Porque un periodista está acostumbrado a profundizar, a preguntar, a encontrar el detalle para el titular... y ellos me ayudaron a entender. Hubo una entrevista en particular que salió en un famoso periódico italiano y me llamó un sacerdote, nos encontramos, hablamos y de ahí empezó la conversión.
Una conversión que para mí no fue inmediata, me costó mucho tiempo. Cada persona tiene sus tiempos y cada personaje de la película representa una categoría humana. Está Barrabás que necesita tiempo, el Cireneo que es inmediato, Herodes no se da cuenta... pero cuando encuentras esa mirada, entonces toda la vida buscas esa mirada ahí, la buscas en las personas, en las imágenes sagradas, en los cuadros, en las fotos, en los ojos de un niño, porque el Señor utiliza los ojos de los hombres para hablarnos.
- Pietro vas caminando por las calles de Madrid el 21 de abril (día en el que se estrena la película 'El Beso de Dios') y te paras frente a un cine. ¿Qué le dices a ese amigo para que vaya a ver la película?
Es una película que merece la pena ir a ver. Hay una cosa que siempre digo al público que me aplaude cuando doy conferencias sobre 'La Pasión' por ejemplo: yo hice mi trabajo, hice el testimonio aquí, el organizador también hizo su trabajo, ahora ustedes los espectadores también tienen un trabajo que es lo que la próxima vez que tengas una propuesta así, es casi normal que vosotros vayáis.
Pero si tenéis un amigo que está atravesando un momento de dificultad, invitadlo y ayudadlo, sed testigos y convertíos en portadores de esta belleza. Lo cual no significa necesariamente volvernos si o si cristianos o católicos, si no que significa ser hombres en armonía con otros hombres, respetando a los demás, amándonos y ahora mismo tenemos una gran necesidad de esto.