Muestra de crucifijos en la Galería Nacional de Perugia

Muestra de crucifijos en la Galería Nacional de Perugia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La evolución de un icono teológico- Muestra de crucifijos en la Galería Nacional de Perugia

Presentando a Francisco y la cruz pintada (Perugia, Galería Nacional de Umbría, hasta el 29 de enero de 2017) el responsable Marco Pierini admite que la muestra estaba entre sus proyectos desde su llegada como director del museo más importante de arte figurativa de la capital Umbra, constituido en su mayor parte por obras de tema sagrado.

Poner atención no sólo en el arte, sino también en la espiritualidad, dando a una iconografía aparentemente famosa un carácter más amplio, era por lo demás un intento común de las instituciones que han compartido el proyecto (In primis Región de Umbría y Basílica Papal y sagrado convento de San Francisco de Asís), como aparece en el gran catálogo editado por Silvana Editoriale (Milano 2016, con importantes ensayos de contextualización teológica además de histórico-artística).

En la exposición, más complicada de lo que revela la sobria escenografía, son protagonistas no sólo objetos de arte aun siendo valiosísimos: nueve obras maestras de proveniencia umbra (que dan el nombre a los respectivos anónimos artífices) pero de ascendencia fuera de los confines, que testimonian la extraordinaria vitalidad y dinamicidad del crucifijo entre los años setenta de 1200 y los primeros veinte años del siglo siguiente. Las cruces que sobresalen en lo alto de la primera sala remiten a personalísimos silencios entre una y otra, hechos también de un recorrido que parece referirse aquí a sus orígenes "gloriosos"? que dan el sentido último y escatológico.

E otras palabras, si "la reseña sigue la rápida evolución de la iconografía de la cruz en Occidente a partir del siglo XII a través de la evolución Christus Patiens (Cristo muerto, con la cabeza reclinada sobre el hombro y los ojos cerrados) del modelo de Giunta Pisano, revisado y afinado por Cimabue, al de Giotto, donde el cuerpo ya no se flexiona con la elegancia del arco sino que se inclina desde la cruz con todo su peso", hay más de una alusión al antiguo arquetipo del Christus triumphans (vivo y triunfal sobre la muerte y las potencias del mundo), sea en una obra maestra del Maestro de Cesi realizado en ámbito "spoletino", esté en la inspiración de toda la muestra.

Isabella Farinelli

L?Osservatore Romano, 4-1-2017