"Uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí"

Evangelio según san Marcos (9,38-40) y comentario de José María Calderón, director nacional de OMP

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Redacción Religión

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Primera Lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago (4,13-17)

Vosotros decís: «Mañana o pasado iremos a esa ciudad y pasaremos allí el año negociando y ganando dinero». Y ni siquiera sabéis qué pasará mañana. Pues, ¿qué es vuestra vida? Una nube que aparece un momento y en seguida desaparece. Debéis decir así: «Si el Señor lo quiere y vivimos, haremos esto o lo otro.» En vez de eso, no paráis de hacer grandes proyectos, fanfarroneando; y toda jactancia de ese estilo es mala cosa. Al fin y al cabo, quien conoce el bien que debe hacer y no lo hace es culpable.

Salmo

Sal 48,2-3.6-7.8-10.11

R/. Dichosos los pobres en el espíritu,

porque de ellos es el reino de los cielos

Oíd esto, todas las naciones;

escuchadlo, habitantes del orbe:

plebeyos y nobles, ricos y pobres. R/.

¿Por qué habré de temer los días aciagos,

cuando me cerquen y acechen los malvados,

que confían en su opulencia

y se jactan de sus inmensas riquezas? R/.

Si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate.

Es tan caro el rescate de la vida,

que nunca les bastará

para vivir perpetuamente sin bajar a la fosa. R/.

Mirad: los sabios mueren,

lo mismo que perecen los ignorantes y necios,

y legan sus riquezas a extraños. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-40)

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.»

Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.»

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