San Juan Diego

La humildad es la puerta abierta para que Dios entre. Hoy, al día siguiente de la Inmaculada Concepción, celebramos a San Juan Diego, el indio que vio a la Virgen en México. Algunos años antes del Descubrimiento de América nace Juan Diego. Probablemente en el año 1474 al noroeste de México. En su origen es un joven muy espiritual en su creencias. 

Un sábado que iba a los oficios, oyó unas campanas que le anunciaron que se le aparecería la Virgen. Juan Diego habló con la Señora. Unos meses antes había sido bautizado y Ella se le presentó como la Siempre Virgen María, Madre del Verdadero Dios por quien se vive. Por eso le pidió un Santuario allí. El obispo, el español Juan de Zumárraga, le solicitó una señal. 

De momento la Señor le pidió que fuese a aquel lugar pero el tío de Juan Diego estaba muy enfermo. La dolencia se agravó y el indígena se fue en busca de un sacerdote. Pensando que se iba a entretener con la Señora se marchó por otro camino. Y a este paso le salió Nuestra Señora. Cuando el indígena le dijo con cierto abatimiento le motivo de no ir al punto del encuentro. 

Ella le animó diciéndole que su tío se había curado. De nuevo le pidió que construyesen allí un Templo. Para asegurar la señal, le hizo coger flores de Castilla cuando no era la época. Cuando se acerca al obispo, el franciscano español Juan de Zumárraga, le muestra las flores frescas lo que le asombre. 

Y mucho más les sobrecoge a cuantos lo presencian la Imagen de la Virgen impresa en la tilma donde lleva las flores el Santo indio. Así surge la actual Basílica de Guadalupe. San Juan Diego muere en el año 1548. El Papa San Juan Pablo II canoniza a este indio en el año 2002.