Sábado de la Octava: Prueba definitiva de su Resurrección
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La Alegría de sentirnos salvados continúa en el corazón del hombre y resuena con fuerza en toda la Iglesia. Hoy sábado, 6 de abril, es penúltimo día de la Octava de Pascua, y en nuestras vidas resuena el mensaje del Ángel: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? ¿Qué ves en la noche? Dinos centinela. Dios como un almendro con la Flor despierta. Dios que nunca duerme, busca quien no duerma y entre las diez vírgenes sólo hay cinco en vela.
Gallos vigilantes que la noche alertan. Quien negó tres veces, otras tres confiesa. Y pregona el llanto lo que el miedo niega. Vi los cielos nuevos y la tierra, Cristo entre los vivos y la muerte muerta. Dios en las criaturas y eran todas buenas. Ve por el mundo, grita a la gente, que el Amor de Dios no acaba, ni la voz de Dios se pierde. Alma mía recobra tu calma. Que el Señor fue bueno contigo. Que el Señor escucha tu voz.
El pueblo fiel, sigue reflexionando y contemplando el Sepulcro vacío, signo de la Victoria definitiva y el gozo nos invade a todos porque la muerte ya no tiene dominio sobre nosotros. Alma mía, recobra tu calma porque el Señor escucha tu Voz. Este día también se llama Sábado de la confirmación de la Fe en la Resurrección. El Evangelio muestra a Cristo resucitado que se aparece a María Magdalena. Se lo cuenta a los discípulos y no le creen.
Lo mismo pasa con al aparición a las mujeres que van al Sepulcro. Por otro lado se aparece a otros discípulos que se lo cuentan y no se lo creen tampoco. Por fin se aparece en el Cenáculo el propio Señor que les echa en cara su incredulidad y les anima a creer haciéndoles testigos de todo esto. Para eso les abre el entendimiento y les recuerda que ya estaba profetizado de que Él habría de padecer y morir para resucitar.