SANTORAL 20 SEPT
San Andrés Kim y compañeros mártires, las semillas de la Fe en Asia
Andrés se ordenó sacerdote y fue enviado a Corea. Cuando solo llevaba un año, fue apresado y condenado a muerte junto con el seminarista Pablo Chong. Ellos fueron pioneros en la Evangelización de Asia y santos.
Madrid - Publicado el
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En los últimos tiempos, los Papas han recordado que continentes como el africano o el asiático son la esperanza de la Fe en medio de una sociedad materializada. Pero en muchos lugares, esto ha pasado desde hace siglos. Es el caso de San Andrés Kim y compañeros de Corea que murieron mártires en el siglo XIX.
Nacido en 1821, Andrés había tenido conocimiento de que su bisabuelo murió martirizado por su condición de cristiano. Y como si fuese cosa de la herencia espiritual, su padre también fue obligado a dejar la Fe y, como permaneció en ella, murió mártir. Esto no le quitó al pequeño Andrés su empeño en seguir y crecer en su amor a Dios, sino que vivió con más devoción en el seguimiento de Cristo. Y mucho más aún cuando vio que su madre tuvo que ganarse la vida pidiendo limosna.
Su amor por el Señor le hizo sentir la llamada al sacerdocio. Ordenado en China y Shangai, fue destinado a Corea para realizar su ministerio. Con tan sólo un año y medio como sacerdote logró alcanzar la corona del martirio. Capturado por las autoridades, es encarcelado en Seúl, donde le condenarán a morir. Junto a él, se encontraba el seglar y catequista Pablo Chong. También había vivido la persecución en su entorno familiar, ya que su hermana había derramado la sangre por el Evangelio. Acusado de llevar a los extranjeros la Buena Nueva, fue decapitado. San Juan Pablo II puso de relieve su vivencia y amor por Cristo en el momento de su canonización en Corea el año 1988 .
Muchos de sus mártires eran de origen francés o español. Esto prueba una vez más la tarea de evangelización de los europeos en Asia y en África. Ellos habían llevado la semilla de la Fe a esas tierras.