San Pablo VI, Pontífice de Cruz y de luz
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Dios siempre que escoge a alguien lo hace para que prosiga su labor evangelizadora. Hoy celebramos al Papa San Pablo VI, que fue un gran difusor del Evangelio en el siglo XX. Giovanni Battista Montini nace en 1897 en Brescia, Lombardía, al norte de Italia. Hijo de familia bien posicionada sus padres vivían la dimensión social de la Fe siguiendo el pensamiento de León XIII sobre la Doctrina Social de la Iglesia.
Acción Católica y un sistema de libertad inspirado en una democracia cristiana inundó el pensamiento de Montini que ingresó en el Seminario de su Diócesis. Tras ordenarse cursó estudios de Derecho Canónico y se especializó en diplomacia. Fruto de su preparación, la Secretaría de Estado Vaticana le designó a Polonia donde vivió años duros del régimen totalitario. Cuando vuelve en Italia asoma el fascismo de Mussolini y Montini es capellán de grupos estudiantes democristianos y antifascistas.
Fueron momentos de prueba porque muchos le acusaron de meterse demasiado en política. Pero él se consideraba un hombre del Evangelio. Acogido por Pacelli, el futuro Pío XII, le acompaña en un asunto a Budapest. También está muy cerca de él cuando sea Papa. En un intento de hacerle Cardenal él rehúsa y es destinado a Milán. Creado definitivamente Cardenal, su labor con los obreros, es patente, defendiendo la justicia social y luchando contra los totalitarismo y dictaduras de cualquier signo, le sorprende el Concilio Vaticano II.
En 1963 muere Juan XXIII y él será elegido Papa con el nombre de Pablo VI. Su labor fue consolidar y culminar el Cncilio, con un cuidado de la Iglesia, de los asacerdote y de los fieles. La interpretación desviada del Concilio le hizo muchas vees incomprendido por sectores de la propia Iglesia. El asesinato de su amigo Aldo Moro por las Brigadas Rojas le sumió en gran tristeza. Pablo VI ofrece a Dios su vida por la Iglesia muriendo en el año 1978.