San Pedro Chanel, evangelizador del Novísimo Continente

Dios siempre da pastores según su Corazón para que apacienten a las personas y les den a conocer la Buena Nueva del Evangelio. Hoy, V Domingo de este Tiempo de Pascua, celebramos a San Pedro Chanel, que fue un gran apóstol en las tierras del Novísimo Continente. Nace en un pueblecito francés, de la Diócesis de Lyón, llamado Cuet en el año 1803. Cuando contaba con 15 años, hace la Primera Comunión.

Poco después ingresará en el Seminario, porque sentía que la Providencia le llamaba por ese camino. Cuando está a punto de terminar, quiere acompañar a un profesor suyo que marcha hacia América con otro grupo de compañeros, pero le obligan a culminar los estudios de Filosofía. Tras ordenarse sacerdote, le pide permiso al Obispo para que le deje ir a misiones, ideal que llevará a cabo algún tiempo después.

La ocasión se presenta cuando un grupo de sacerdotes que formaban la Sociedad de María, también llamados maristas -fundados por el francés San Marcelino Champagnat-, partieron a la Polinesia. Sin embargo, durante el camino se dividieron, quedándose Pedro Chanel y otro Hermano en Futuna, una isla en la que habitaban dos tribus enfrentadas. Como no conocían el cristianismo, Chanel se encargará de extender la Fe.

El Emperador manda vigilarlos y controlar todos sus movimientos. Un huracán une a los dos clanes, hasta que retoman la guerra, más sangrienta que en la etapa anterior, aniquilando el vencedor al otro bando. El nuevo rey, considera el cristianismo una superstición contra él, por lo que decreta el exterminio de los misioneros, sentencia que cumplirá su yerno cuando vaya a por él, hiriéndole de muerte en el año 1841. San Pedro Chanel es Patrón de Oceanía.