"El fiscal general del Estado se ha comportado como un delincuente vulgar y corriente"
Antonio Jiménez, director de 'El Cascabel', reacciona al hecho "insólito" que se ha vivido hoy, después de que Álvaro García Ortiz se siente ante el Tribunal Supremo acusado de revelación de secretos
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Algo insólito se ha vivido hoy en España y en democracia. Que un fiscal general del Estado, encargado de velar por el cumplimiento de la ley, se siente ante el Tribunal Supremo, acusado de revelar una información confidencial de un cliente. Revelación de secreto, en definitiva. Un grave delito, si esto se materializa, en el caso de una persona que debe, evidentemente, velar por el cumplimiento de la ley, como es el fiscal general del Estado.
No ha respondido a ninguna cuestión planteada por el juez. Fíjense ustedes cómo colabora este fiscal general del Estado con la Justicia. O sea, se ha comportado como un delincuente vulgar y corriente. Un delincuente más, en definitiva. Porque si no tuviera nada que ocultar, probablemente hubiera colaborado con la Justicia. Hubiera respondido a cuestiones del juez, pero no. Se ha negado a hacerlo y solo ha respondido a su abogado. Al abogado del Estado, en definitiva.
Y eso sí, señalando al juez de que está actuando de manera predeterminada contra él. O sea, está siguiendo la misma estrategia que evidentemente ha aprendido de su señorito, del señor Sánchez. Señalar a los jueces y sugerir que actúen por motivos políticos y no de acuerdo a la ley. Este es el fiscal general del Estado y ahí sigue. Y no se va a ir, no. Salvo que, me imagino, si lo sienta en el banquillo, pues probablemente tendrá ya que dejarlo. Y aún así, me temo que seguirá atrincherado. Tiene buen maestro, en Sánchez, sin duda alguna.