Pérez: "Por los millones que nos jugamos y los 70.000 españoles que trabajan allí, el Brexit nos afecta"

En todas partes cuecen habas. O “beans”, para el caso que nos ocupa. Porque los ingleses lo que quieren es que las habas sean sus beans…

Nos quejamos muchas veces de nuestros políticos, de nuestro Congreso, de nuestro sistema. Es más, solemos desmerecerlo siempre que lo comparamos con otros (esto, por cierto, también forma parte de la “leyenda negra” de la que tanto se ha hablado esta semana). Que si la organización de los alemanes; que si el sentido de estado de los franceses hay que ver ya podíamos nosotros; que si lo del parlamento inglés son debates y no los nuestros…

Bueno pues en todas partes cuecen “beans”, miren el Brexit. Desde junio de 2016 llevan dando vueltas a si se van, cómo se van y cuando se van de la Unión Europea. Y ahí siguen. Esto del Brexit nació de la sensación de invencible que le entró a su entonces primer ministro James Cameron. Había superado por los pelos el referéndum de Escocia; había ganado contra todo pronóstico la reelección y se creyó políticamente inmortal (mira esto a lo mejor le viene bien recordarlo a Pedro Sánchez cuando su amigo Tezanos le susurre el próximo CIS al oído).

De esa sensación de Sanch… digo de Cameron de que podía manejar a su antojo la opinión de la mayoria de su sociedad, nacio un problema que no saben como resolver. A lo mejor usted piensa (que seria lo normal): “y a mi que carajo me importa lo que hagan los ingleses”.

Pero es que luego viene el Banco de España con la rebaja y te dice que nos jugamos (que perderíamos) 9.000 millones. Es que en el Reino Unido trabajan unos 70.000 españoles que cuando pregunten por sus derechos les van a decir que están en el limbo… Por cosas como esas, el Brexit nos afecta (y mucho) y por cosas como esas a los ingleses la Unión Europea no les ha dicho (todavía) aquello de esto son lentejas. O lentils.