¿Por qué es injusta la entrada en los Centros de Internamiento de Extranjeros y cómo se podrían mejorar?

La pandemia ha dejado tras de sí muchas evidencias que apuntan a las nefastas gestiones de los recursos públicos, como es en este caso los CIE

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Redacción TRECE

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Más de 100.000 inmigrantes han sido acogidos por estos centros en los últimos 10 años que han permanecido cerrados durante el estado de alarma lo que hace preguntarnos: ¿son necesarios realmente estos centros?

Desde el Servicio Jesuita a Migrantes se ha elaborado un informe en el que resaltan que la Ley actual no regula de forma clara y transparente el acceso a estos centros y el trato que allí reciben.

Josep Buade, responsable del informe, cuenta en ‘TRECE al día’ que “la entrada en los CIE, con la ley en la mano, es algo completamente injusto ya que su ingreso en ellos es aleatorio. Creemos que se debería cambiar la ley para que los recién desembarcados en España puedan entrar en un centro de acogida humanitaria a sabiendas que muchos de ellos serán expulsados, pero que otros puedan seguir su curso de vida aquí”.

La Ley actual no regula de forma clara y transparente el acceso a estos centros

‘TRECE al día’ también ha hablado con Djiby Mbaye, que llegó a España con 14 años y tras pasar 4 años tutelado en nuestro país al cumplir los 18 años es detenido al retirársele la documentación por no tener un contrato de trabajo. Es en ese momento cuando Djiby llega a un CIE al que describe como “un lugar con ambiente carcelario, camas acinadas, sin intimidad, y privado totalmente de libertad”.

Defiende que se pueden buscar otras alternativas a ser encerrados en un lugar en el que parece ha actuado como un delincuente, sin posibilidad de buscarse un futuro antes de ser retornado a su país de origen.

“Hace un par de años nos dimos cuenta de que muchos chicos subsaharianos recién desembarcados, y tras pasar unas semanas en el CIE, eran puestos en libertad, por tanto, era un gasto innecesario. El internamiento debe ser solo como una medida cautelar para ejecutar la expulsión”.

Hoy en día la mayoría de los centros siguen cerrados lo que ha propiciado la reubicación de estas personas en centros de acogida humanitaria. Queda en evidencia así la existencia de una alternativa mucho más humana.