Epitafios que te sorprenderán o te arrancarán una sonrisa
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Desde el momento en que nacemos, por más irónico que parezca, lo único que tenemos seguro en la vida es la muerte. A pesar de eso, las personas siempre buscamos la manera de hacer que el tiempo en la tierra valga la pena, que tenga un significado y dejar una huella para los que vienen detrás.
Hablaremos de la muerte en su versión más cómica y nos pondremos en el lugar de las personas que hacen de algo que es trágico para muchos, un hecho anecdótico, gracioso y digno de recordar. Se trata de los epitafios que, para aquel que no lo sepa, es la dedicatoria que se pone en las lápidas, placas o tumbas para honrar al difunto.
No solo se trata de las últimas palabras de alguien sino una frase sintética y pensada con cautela para que quede para la posteridad en resumen de lo que fuimos. Hablaremos de los epitafios de personajes célebres españoles y recordaremos con humor algunos anónimos que deberían ser conocidos por sí mismos: hilarantes, extraños, curiosos.
Hemos salido a la calle para saber qué opinan los españoles sobre esta práctica y qué tienen pensado poner en sus lápidas, algo que les caracterice o un hecho anecdótico que les haya marcado en su vida.
EPITAFIOS DE PERSONAJES CÉLEBRES ESPAÑOLES
Desde el escritor Enrique Jardiel Poncela, pasando por el humorista Miguel Guila, hasta el pintor Miguel Collantes, hagamos un repaso de nuestros favoritos:
El dramaturgo, escritor, guionista y articulista español, Antonio Gala, demostró que en pocas palabras se puede decir mucho. La elección de su epitafio fue: “Murió vivo”. Como curiosidad decir que se consideraba que los más cortos eran los mejores, ya que se buscaba que los caminantes pudieran leerlos fácilmente al pasar.
Inolvidable es el del autor teatral Miguel Mihura "Ya decía yo que ese médico no valía mucho" Este escritor y periodista español era hipocondríaco, además de ser una de sus características principales la ironía, así que está todo dicho. Es algo que dijo y pensó mucho pero no consta en su lápida.
Por el contrario, el escritor español Enrique Jardiel Poncela se mostró muy práctico en su epitafio: "Si queréis los mayores elogios, moríos". Una forma de darnos a entender que en la vida muchas veces damos las cosas por hecho y no agradecemos todo lo que deberíamos. Sin embargo, sí recordamos continuamente cuando a una persona no se encuentra entre nosotros.
El mayor recuerdo de Miguel Gila y la forma de representar su humor era mediante monólogos al teléfono. Para la memoria ha quedado la famosa muletilla: "¡Que se ponga!" durante sus fingidos diálogos telefónicos. De ahí su epitafio: “¿Es la vida? Que se ponga”.
“Quien resiste gana” fue el epitafio por el que optó el Nobel de literatura Camilo José Cela
EPITAFIOS ANÓNIMOS
Aquí bajamos el telón a nuestro breve recorrido sobre epitafios célebres y damos paso a los los epitafios más singulares, creativos y a veces procaces de la historia de España.
No cabe duda que tener un buen epitafio es una de las mejores formas de seguir existiendo. Las palabras nos sobrevivirán y saber morir con humor e ingenio nos puede hacer inmortales.