Muere un hombre al explotar una bomba en un aparcamiento de Viladecans

Una ambulancia de Emergencia Cataluña.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Un hombre ha muerto este viernes tras una explosión de origen criminal en un aparcamiento de Viladecans (Barcelona), en un caso en el que los Mossos d'Esquadra investigan la vinculación de la víctima con los ataques con explosivos en 2012 en el macroprostíbulo "Paradise" de La Jonquera (Girona).

La explosión, en la que ha resultado herida otra persona, se ha producido hacia las 11.38 horas en un aparcamiento situado en el número 6 de la calle Santiago Rossinyol i Prats de Viladecans.

Desde un primer momento, los Mossos d'Esquadra han barajado un móvil criminal como principal hipótesis de la muerte de este hombre en la explosión y han descartado que se trate de un caso de terrorismo, por lo que investigan si es un homicidio vinculado a grupos criminales, según han precisado a Efe fuentes policiales.

Los Mossos d'Esquadra investigan la vinculación del fallecido con la cadena de amenazas y ataques con explosivos que se produjeron a finales de 2012

Los agentes investigan ahora, según las fuentes, si la explosión de este viernes se ha producido en un coche estacionado en el aparcamiento, al estallar un artefacto, o si ha ocurrido cuando la víctima estaba manipulando explosivos, según las fuentes.

Una de las principales líneas de investigación que siguen los Mossos es la vinculación de la víctima con la cadena a ataques con explosivos al macroprostíbulo Paradise en 2012, uno de los más grandes de Europa, así como si actualmente estaba involucrado en negocios ilícitos.

El 13 de diciembre de 2012, dos encapuchados lanzaron cerca del prostíbulo dos artefactos desde una moto, de los que sólo explotó uno y causó daños en un almacén, mientras que el día 23 del mismo mes, cinco encapuchados, uno de ellos armado con un fusil, colocaron en el aparcamiento del club un coche con una bomba que finalmente no estalló.

Al día siguiente fue enviado un correo electrónico a varios cuerpos policiales y medios de comunicación en el que se reivindicaban los ataques y se advertía de que los artefactos serían cada vez más potentes si el propietario del local no pagaba las "deudas pendientes" y cumplía las "obligaciones contraídas".

Posteriormente, el 31 de diciembre de 2013, sobre las 23 horas, se recibió una llamada anónima en la comisaría de los Mossos en Figueres (Girona) alertando que estallaría una bomba a medianoche, lo que forzó el desalojo de unas 800 personas que se encontraban en el interior del macroprostíbulo celebrando el Fin de Año, si bien posteriormente se comprobó que se trataba de una falsa amenaza.

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