El sorprendente enigma de la enorme piscina del siglo IV a.C. descubierta cerca de Roma
De momento se desconoce la función de este contenedor de agua de 40 metros de largo y 12 de ancho
Roma - Publicado el - Actualizado
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Las excavaciones que se realizan en Roma siempre deparan sorpresas. En esta ocasión, como en tantas otras, el origen del descubrimiento fue el deseo de una constructora de poner en marcha un complejo residencial y un supermercado a lo largo de una extensión de 20.000 metros cuadrados. En la antigüedad esta zona se encontraba dentro de un importante nudo comercial marcado por la Via Ostiense. El lugar del descubrimiento está situado en Malafede, una zona en expansión próxima a Ostia y a pocos kilómetros de Roma.
Como ya ha ocurrido en casos similares las obras se han paralizado y los arqueólogos que llevan trabajando en la zona desde hace un año acaban de hacer público este hallazgo sorprendente, al que no terminan de encontrar una explicación.
Según relata el diario italiano Repubblica se trata de lo más parecido a una gran piscina o un contenedor de agua, de 40 metros de largo y 12 de ancho (para que nos hagamos una idea, el tamaño de una piscina olímpica), que fue construida nada menos que en el siglo IV a.C.
El fondo de la piscina es de tierra batida y no de mármol o de piedra, lo que siembra dudas sobre su posible utilización como piscina, aunque cuenta con unos escalones por los que podrían entrar a tomar un baño las personas. Se descarta que pudiera utilizarse como abrevadero para animales, porque no se han encontrado signos que demuestren cómo podrían acercarse a beber.
Otros expertos apuntan a que pudiera ser una dársena para construir embarcaciones, pero también se ha descubierto un muro que limita la piscina, por lo que no tenía un acceso directo al mar o a una vía de agua que facilitara el acceso al mar. Entre todas las hipótesis hay quien señala que se trata de algún tipo de estanque o quizás un vivero para criar peces. Si fuera así, se trataría del más grande de la época. Tampoco se descarta que pudiera tener algún tipo de función religiosa.
En su interior se han encontrado restos de madera perfectamente conservados ya que quedaron enterrados entre arcilla, lo que ha impedido su descomposición. En uno de los tablones recuperados se lee una inscripción de tres letras etruscas con la palabra ATI.
La piscina está rodeada de cimientos de otros edificios de distintas épocas, exactamente hay testimonio de 8 siglos de historia, lo que confirma que se trataba de una zona rica y habitada.
Queda ahora en manos de los arqueólogos descifrar el misterio.