Hospitalizaciones, quemaduras y muertes: la peligrosidad de los retos virales lleva a su prohibición en redes sociales
Incluso castigar a quien los suba
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Los retos y bromas han encontrado en las redes sociales su mejor canal de difusión en los últimos años, haciendo que estos juegos se hagan virales en cuestión de horas. Algunos de estos retos, lejos de ser divertidos, pueden poner en peligro la salud de quien los realiza, lo que ha llevado esta semana a YouTube a reafirmarse en su prohibición e, incluso, a castigar a quien los suba.
Los retos virales pueden surgir de una idea divertida que solo pretende entretener al espectador, como el #10YearsChallenge, que reta a la persona a subir una comparativa de dos fotos suyas, una de hace diez años y otra actual. Otros tienen un objetivo social, como el #IceBucketChallenge, que pretendía concienciar sobre la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), y que logró recaudar 115 millones de dólares, según la Asociación de lucha contra el ELA estadounidense.
Sin embargo, no todos los retos resultan tan inofensivos, y es común que se popularicen retos peligrosos que provocan accidentes más o menos graves. Así, Youtube, una de las plataformas donde más se difunden, lleva mucho tiempo intentado evitar contenido que resulte peligroso, o pueda dañar física o psicológicamente la salud del usuario, aunque esto no ha evitado la proliferación de estos vídeos, por lo que la misma plataforma ha tenido que especificar que este material será eliminado.
Esta reafirmación en la política de la plataforma ha sido propiaciada por el Bird Box Challenge, el último reto en aparecer y que hace referencia a la película de una de las plataformas digitales con el mismo nombre. Este juego insta a vendarse los ojos para hacer cualquier actividad cotidiana, incluso conducir o cruzar la calle. Hechos que han llevado a esa plataforma a pedir a sus usuarios que no pongan en peligro sus vidas.
Bird Box Challenge no ha sido el primero ni el más peligroso de los retos surgidos en redes sociales. En los últimos años una gran cantidad de 'challenges' han puesto en peligro la vida de muchos jóvenes alrededor del mundo.
Quizás uno de los más famosos sea el 'In my feeling challenge', más conocido en España como el 'Kiki Challenge', que retaba a bailar al ritmo de la canción de Drake con el mismo título junto a un coche en marcha mientras eran grabados desde el vehículo. Otro reto relacionado con una canción es el reto del zoom, que consiste en arrastrar por los pies a los pequeños para que desaparezcan del plano con un movimiento brusco mientras suena la canción Mickey, de Lil Yachty. Más de un accidente y heridas ocasionadas por el arrastre han derivado de estos dos 'challenges'.
Muchos retos están relacionados con la ingesta de comida u otros productos. El Tide Pod Challenge y el reto de la canela están entre los más famosos. El primero consiste en grabarse mientras se comes una pastilla de detergente y su viralización causó un aumento del número de intoxicaciones, según alertó la Asociación Estadounidense de Control de Envenenamientos, e incluso el fabricante con el mismo nombre del reto tuvo que realizar una campaña de concienciación. Por su parte, el reto de la canela instaba a tomar una cucharada de canela en polvo, que es difícil de tragar, y que, entre toses, acababa expulsada por la nariz y la boca.
Otro reto de este tipo que llegó a dejar sin pelo a una de sus practicantes fue el Corn Drill Challenge, donde hay que comerse una mazorca de maíz sujeta a una taladradora en funcionamiento. En este mismo reto, un hombre perdió varios dientes.
El condon challenge, conocido en nuestro país por llenar un condón de agua y tirarlo encima de la cabeza de otra persona para que esta quedase dentro del condón sin que se rompiera, derivó de una versión anterior, que consistía en aspirar un condón por la nariz e intentar sacarlo por boca. Ambas versiones pueden causar la asfixia, puesto que el condón puede atascarse tanto en la cabeza como en las fosas nasales, o vías respiratorias.
BÚSQUEDA DE RECONOCIMIENTO Y ACEPTACIÓN SOCIAL
La aceptación social es uno de los motores que propician estos retos, como explica Manuel Ransán, integrante del Centro de Seguridad en Internet Segura for Kids (IS4K) de INCIBE, en una entrevista para este medio. Esta presión social ha llevado a la popularización de retos como el iPhone Challenge, que reta a adelgazar hasta que las piernas puedan ser tapadas con un iphone 6 Plus, y que causó muchos trastornos alimenticios en China. Más popular fue el Kylie Jenner Challenge, que instaba a utilizar copas de cristal o cualquier elemento parecido para succionar hasta que los labios se hincharan y tuviesen un aspecto más voluminoso, como los de la modelo. La práctica desembocó en deformación en los labios, rotura de vasos sanguíneos y formación de hematomas.
Todos estos retos han causado más de un accidente, aunque los que más heridas han registrado han sido el reto del agua caliente y el Salt and Ice Challenge. Ambos han llevado al hospital a jóvenes con quemaduras de hasta tercer grado; el primero por verterse agua hirviendo, y el segundo por echarse sal en el cuerpo y poner un hielo encima aguantando el máximo tiempo posible.
Los peligros que suponen estos vídeos virales han llevado a las redes sociales a prohibirlos y eliminarlos de sus plataformas para evitar su difusión, aunque ninguno de los descritos arriba ha causado la muerte de los que los han hecho. No es el caso del Fire Challenge o el Space Monkey Challenge. Ambos retos se han cobrado la vida de un joven.
El Fire Challenge, que consiste en rociarse con alcohol y prenderse fuego, acabó con la vida de un chico de quince años en Buffalo (Estados Unidos), además de llevar a la UCI a otros dos jóvenes en el país. Por otro lado, el Space Monkey Challenge, tiene un desarrollo completamente distinto pero el mismo resultado, como le pasó a un niño de doce años en Birmingham (Reino Unido) pero esta vez por asfixia. El reto propone que la mejor forma de llegar al éxtasis es ahogarse durante unos segundos; por lo que los jóvenes usan cualquier objeto para ahorcarse o piden a otra persona que lo hagan tras haber hiperventilado unos segundos.
El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) pide a las plataformas de redes sociales que "tengan mecanismo que permitan denunciar o reportar los vídeos que se consideren inapropiados siempre en relación a las normas de la comunidad".
Manuel Ransán explica que los jóvenes que suelen grabar este tipo de vídeos "están en una edad en la que el raciocinio y la valoración de las consecuencias no están bastante formados, y se dejan llevar por la presión del grupo. Buscan llamar la atención, conseguir reconocimiento y aprobación social, y muchas veces la forma más sencilla de hacerlo es a través de estos vídeos y participando en estos retos".
En cuanto a la erradicación de estos contenidos, la responsabilidad de usuario juega un papel fundamental, debido a que los esfuerzos de las plataformas por localizarlos y eliminarlos no llegan a ser suficientes, como demuestra que sigan apareciendo nuevos retos cada vez más peligrosos.
El experto en ciberseguridad resalta la importancia de los padres en la lucha contra estas actitudes. Limitar el acceso a estos contenidos o dispositivos a través de herramientas de control parental hasta que el menor tenga la madurez necesaria "es fundamental pero no suficiente". Ransán insiste en que "hay que tratar el problema de manera integral, trabajando previamente con el menor acerca del uso de las tecnologías, compartiendo actividades con él en Internet y , así, fomentar un dialogo sobre el uso de las tecnologías para que el menor adquiera un juicio crítico a la hora de valorar estos vídeos".