5ª FERIA DE AGOSTO

Morante se reconcilia con Málaga y Santana Claros corta una oreja en su alternativa

El malagueño corta una oreja en el toro de su alternativa y Morante de la Puebla pone boca abajo a La Malagueta en su segundo.

Morante de la Puebla durante su actuacíon este martes en el coso de La Malagueta

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Morante de la Puebla por fin se encontró con Málaga. Muchos años han pasado en blanco hasta que la afición malagueña ha podido disfrutar del diestro de La Puebla del Río.

En su segundo toro, cuarto de la tarde, toreó por verónicas que volvió loca a la plaza. Qué manera de torear, de mecer el capote, de encajar los riñones, de crujir el tendido. Por si esto era poco, se sentó en el estribo y empezó la faena pasando al toro por alto, para posteriormente ponerse en pie y sacárselo hasta el tercio por bajo con un empaque, un gusto, una grandeza... ¡Una locura!.

La gente pegó un bote de los asientos y La Malagueta se convirtió en un manicomio. La siguiente tanda fue extraordinaria, de categoría. Lo malo es que ahí se quedó el toro, no tenía más, se vino abajo y Morante sólo pudo enjaretarle algunas tandas con la mano derecha. Lástima la espada.

En su primero puso mucha más voluntad Morante que el toro de Juan Pedro, un animal muy parado y soso, que apenas entraba andando a los cites, sin permitir una mayor continuidad y brillantez, por lo que el público invitó a Morante a coger el estoque de verdad.

Del avión a tomar la alternativa a manos de Morante de la Puebla con Juan Ortega de testigo. Así llegó Antonio Santana al día de su alternativa, con 'jet lag' y sin tiempo casi ni para darse cuenta del sueño que estaba viviendo. El toro de la alternativa "Samurai", número 203, fue un bravo toro que le permitió al toricantano desplegar el toreo por verónicas de mucho gusto, rematando con una magnífica media.

Sacó al centro del ruedo al toro con mucho gusto, muy templado, pero al "juampedro" le costaba arrancar al cite del malagueño. Estuvo Santana haciendo las cosas muy bien, estando muy tranquilo, haciendo todo con despaciosidad, sabiendo lo que hacía. Toda su labor fue muy exquisita, pero quizás le faltó algo de rotundidad.

Su segundo fue un toro muy manso desde que salió por chiqueros, pero al que también pudo torear a placer con el capote por verónicas. Qué bien mece el capote Antonio Santana. Con la muleta fue otra historia. Quiso el torero, pero después de una primera tanda en la que le apretó, el astado buscó tablas.

Volvía el diestro de Triana, Juan Ortega, a Málaga después de su gran triunfo el pasado Sábado Santo, y no pudo tener peor suerte en el sorteo. Su primero fue un animal muy desagradable que soltaba la cara y no permitía lucimiento alguno. Viendo la condición del toro, Ortega decidió lidiarlo a la antigua y machetearlo por la cara.

El sexto fue un manso que lo mostró desde su salida por chiqueros y que puso en más de un aprieto a las cuadrillas en banderillas. Además, era bruto y se le coló hasta en un par de ocasiones a Ortega, que decidió cortar directamente e irse por la espada entre las protestas del público.

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