Pepín, de "Hogar sí": "Uno de los días más felices de mi vida fue cuando me amputaron el pie"

Pepín es canario. Llegó a Córdoba procedente de Alcázar de San Juan. Le buscaron esta plaza por sus múltiples enfermedades. Hipertenso, diabético, tiene problemas en los pulmones… Y no tiene hogar. “Hogar sí” le está ofreciendo un lugar donde guarecerse y en el que cuidarse. Ahora tiene sesenta años y reconoce que “no es lo mismo estar en la calle que aquí con horarios, medicación”.

Además, Pepín perdió una pierna porque se le hizo una úlcera en la planta del pie que no se curó y acabó con cangrena. Su vida no es fácil, pero no pierde la esperanza de seguir lo que le quede estando bien. Piensa que cuando salga de su hogar provisional en Claudio Marcelo se vaya a un piso tutelado y olvidarse, después de 31 años, de estar en la calle. Y tener autonomía.

Pepín nos recalca que tiene familia en Las Palmas y que su vida la eligió él. Una vida aventurera. Un capricho. Quiso probar y cuando ya llevaba diez o quince años la calle le enganchó. Ha estado en toda España, en Europa y hasta en Sudamérica.

Su vida da para libro y escucharle engancha. Cree que contar sus historias, pura verdad, le podría haber hecho rico. Recuerda con una sonrisa en el rostro cuando fue a América con un millón y se sentía rico. Y también evoca con felicidad, y resulta paradójico, el momento que le amputaron su pie derecho. Le quitaron un suplicio.

Pepín aconseja “Hogar sí”: “Esto es felicidad. Lo tienes todo”. Sin duda, ese testimonio debe ser la mejor medalla a todos los que colaboran para que esta organización siga desarrollan su ardua labor.