Detenido por robar herramientas de hasta tres barcos pesqueros en Motril

Informa la Guardia Civil, que ha detenido a un individuo de cuarenta y seis años de edad como presunto autor de tres delitos de robo con fuerza perpetrados en tres barcos pesqueros amarrados en el Puerto de Motril.

Los robos se produjeron el pasado día 2 de octubre en la dársena del muelle pesquero motrileño. El ahora detenido forzó los candados de las puertas que daban acceso a los puentes de mando de los barcos asaltados y se apoderó de herramientas por valor de 500 euros que los armadores guardaban en el interior.

Uno de los barcos tenía instaladas cámaras de seguridad y estas grabaron al presunto ladrón forzando el candado y entrando en el puente de mando.

Los armadores de estos tres barcos denunciaron los robos en la Sección Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil del puerto de Motril. Los investigadores de esta Sección comprobaron que los indicios obtenidos del autor de los robos en los otros dos barcos coincidían con el sospechoso grabado por las cámaras de seguridad del tercer barco, y una comprobado, lo localizaron y lo detuvieron.

Investigado por robar en un cortijo que pretendía ocupar en el municipio de Gualchos

La Guardia Civil ha investigado a un individuo de cuarenta y un años de edad como presunto autor de un delito de robo con fuerza perpetrado en un cortijo del término municipal de Gualchos.

El pasado día 4 de octubre la víctima denunció en el acuartelamiento de la Guardia Civil de Castell de Ferro que habían forzado dos puertas hasta acceder a la vivienda del cortijo donde tiene su residencia y le habían robado tres guitarras de las marcas Gibson y Fender de 1.960, una caja con vinilos y ropa de cama por valor de 11.000 euros; y que, además, le habían causado daños valorados en más de 1.200 euros.

Los agentes de la Guardia Civil de Castell de Ferro abrieron una investigación, acudieron al cortijo a realizar una inspección ocular y encontraron unos indicios que han permitido identificar a los presuntos ladrones.

Las pesquisas posteriores han servido para averiguar que el investigado y su madre pretendían ocupar el cortijo pensando que estaba abandonado, pero al descubrir que allí vivía gente, antes de marcharse, decidieron no irse con las manos vacías y se apoderaron de las guitarras, los vinilos y la ropa de cama.