RELIGIÓN
Guía para seguir la Procesión de Madrugada de La Laguna
El peregrinaje del Cristo lagunero desde su Santuario hasta la Catedral es uno de los momentos más esperados de la Pasión en Aguere
Tenerife - Publicado el - Actualizado
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La Semana Santa de La Laguna está considerada como una de las más importantes de Canarias por su antigüedad, la riqueza patrimonial de sus imágenes, la variedad de cofradías y el exquisito casco histórico donde tienen lugar sus procesiones, declarado Patrimonio de la Humanidad desde finales del siglo XX.
Al ser la cabeza de la Diócesis Nivariense, la Catedral de Nuestra Señora de los Remedios acoge las principales celebraciones litúrgicas de la provincia tinerfeña, presididas por el obispo. Pero la Ciudad de los Adelantados también acoge estos días procesiones tan populares como la Magna, que recoge toda la Pasión de Cristo con 22 pasos, o la del Silencio, que aglutina a todas las hermandades para acompañar al Señor Difunto el Viernes Santo por la noche.
Sin embargo, ese mismo día hay una celebración que bien saben los laguneros que vale la pena no perdérsela, a pesar de que implique dormir muy pocas horas. Hablamos de la Procesión de Madrugada, la más larga de todas las que tienen lugar estos días en Aguere, con unas cinco horas de duración.
La imagen del Santísimo Cristo de La Laguna, la talla cristífera más venerada en Canarias, parte desde su Real Santuario hasta la Santa Iglesia Catedral alumbrado por su Esclavitud y acompañado por cientos de fieles, mientras se van mediando las Siete Palabras de Cristo en la Cruz en el interior de los templos por donde va pasando.
La procesión parte puntual a las 4 de la madrugada, pero muchos devotos optan por acudir al Santuario del Cristo desde algunas horas antes. De hecho, de 2:30 a 3:30 tiene lugar una Hora Santa ante el Santísimo, reservado en el Monumento para la comunión del Viernes Santo. Realmente, la Procesión de Madrugada comienza a partir de ese momento, a las 3:30 h, con la predicación de la Primera Palabra: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
A su término, comienza a prepararse el cortejo y, a los sones del himno nacional, el Cristo de La Laguna cruza el atrio de su Santuario. La banda de música La Fe interpreta seguidamente “La Saeta” —mismo protocolo cada vez que el Cristo sale en procesión—.
La procesión cruza la plaza y entra en la calle Viana. Hace una pequeña parada ante el Hogar del Santísimo Cristo, de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, y sigue hasta el monasterio de Santa Clara de Asís, de monjas franciscanas, vinculadas históricamente con el Cristo lagunero. Es el momento allí para escuchar la predicación de la Segunda Palabra: “En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
Las imágenes de Nuestra Señora de los Dolores, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena, que décadas atrás acompañaban al Cristo por separado, se suelen incorporar en este punto a la Procesión de Madrugada en un único paso, antes de la imagen del Señor, si bien este año, por las obras en la iglesia conventual, saldrán junto al Cristo desde su Santuario. El cortejo sigue avanzando mientras se suceden las malagueñas y otros cantos en el recorrido, como a las puertas del Casino de La Laguna.
La Tercera Palabra llega en el otro convento de clausura de la ciudad, el de Santa Catalina de Siena, de las dominicas: “Mujer, he ahí a tu hijo; hijo, he ahí a tu Madre”. Todavía no ha amanecido, pero lo hará en los próximos minutos, cuando la procesión, tras bajar por el Ayuntamiento, llegue a la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán bajo el sonido de la matraca que se toca desde la espadaña del antiguo convento de frailes. Aquí se predica la Cuarta Palabra: “¡Dios Mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?”.
Con los primeros rayos de sol, la procesión hace su entrada solemne en la calle La Carrera. Es el momento para escuchar los sones del “Adiós a la vida”, de la ópera Tosca. No puede faltar esta adaptación para marcha de procesión un Viernes Santo por la mañana en La Laguna y los fieles lo saben.
Las emociones están a flor de piel mientras el Crucificado recorre la larga calle que lo separa de la Quinta Palabra, en el pórtico de la Capilla de las Siervas de María: “Tengo sed”. Será un año especial, tras el anuncio de las religiosas de abandonar la ciudad por la falta de vocaciones.
Pocos metros después, en la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, la parroquia matriz de Tenerife, llega la Sexta palabra: “Todo está cumplido”. Aquí terminó 12 años la Procesión de Madrugada, durante las obras de la Catedral.
Finalmente, tras pasar por las ruinas de la antigua iglesia de San Agustín y escuchar al Orfeón La Paz cantarle al Cristo ante su sede, el cortejo llega la Catedral. Es el obispo de la Diócesis, Bernardo Álvarez, quien predica la Séptima Palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. En el templo aguardará la imagen hasta la tarde, cuando salga en la Procesión Magna junto al resto de pasos de la Semana Santa lagunera.