Unos argentinos ven el Acueducto de Segovia y se hacen una pregunta que descoloca
"Por ejemplo, este arco, ¿cómo mierda es que la piedra del medio no se cae?", ha preguntado sin mala intención
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En su reciente viaje por España, un grupo de turistas argentinos protagonizó una curiosa anécdota que rápidamente se ha viralizado en las redes sociales. En un video publicado por la creadora de contenido argentina @la__chule, ella y sus amigos se encontraban frente al majestuoso Acueducto de Segovia, una de las maravillas arquitectónicas más emblemáticas de la ciudad, cuando se quedaron sorprendidos por una particularidad que, para muchos, pasa desapercibida: la imponente estructura de los arcos que componen el acueducto.
“Estamos hace una hora los cuatro pelotudos parados aquí, mirando lo que tenemos delante (el puente) y debatiendo cómo es que esto se mantiene parado”, dice @la__chule en el inicio del video, acompañado por su grupo de amigos, mientras observan detenidamente los 28 kilómetros de piedra que componen este monumento. La pregunta que dejó a más de uno boquiabierto fue: “Por ejemplo, este arco, ¿cómo mierda es que la piedra del medio no se cae?”
Lo cierto es que esta inquietud, planteada sin mala intención, ha generado una avalancha de comentarios en las redes sociales, donde muchos se han mostrado sorprendidos por la ingenuidad de la pregunta, mientras otros, más conocedores del asunto, se apresuraron a ofrecer explicaciones técnicas.
El acueducto, que data de la época romana, es una obra maestra de la ingeniería antigua, y uno de los aspectos más fascinantes es, precisamente, cómo se sostienen las piedras que lo conforman.
El Acueducto de Segovia
La respuesta a la pregunta que lanzó la argentina reside en las “fuerzas de empuje” entre los sillares de piedra que forman los arcos. Estos bloques de piedra, dispuestos de manera milimétrica, no necesitan cemento ni argamasa para mantenerse en su lugar. El secreto radica en la precisión con la que los antiguos ingenieros romanos diseñaron la estructura, aprovechando la gravedad y las fuerzas de compresión entre los bloques para mantenerlos firmemente sujetos, una técnica avanzada para la época. De hecho, el acueducto está compuesto por más de 20.000 bloques de piedra, lo que muestra la magnitud de este logro.
El acueducto de Segovia, que alcanza una altura de unos 30 metros, está formado por 167 arcos distribuidos en 120 pilares, una estructura que aún hoy en día sigue en pie, desafiando el paso del tiempo. Según una leyenda local, la obra fue realizada por el diablo, quien hizo un pacto con una aguadora cansada de cargar cántaros por las empinadas calles de la ciudad. Sin embargo, más allá de mitos y leyendas, el verdadero secreto del acueducto es la pericia de sus creadores y el dominio de las técnicas de construcción.
Lo interesante de este caso es cómo una pregunta aparentemente sencilla puede abrir la puerta a una reflexión profunda sobre la historia, la ingeniería y la magia de la arquitectura romana. En lugar de quedar en el asombro, la inquietud planteada por los turistas argentinos se ha transformado en una oportunidad para explicar y valorar el ingenio humano que permitió levantar esta obra monumental hace más de dos mil años.
Así, el Acueducto de Segovia no solo sigue siendo una maravilla del mundo antiguo, sino que también se mantiene vigente como un punto de encuentro entre generaciones, culturas y, como hemos visto, hasta nacionalidades. En definitiva, la curiosidad y la capacidad de asombro son, sin duda, universales.