Las razones por las que falta mano de obra en época de vendimia: "Un cúmulo de cosas"
Bodegas y viticultores ven peligrar la recogida a mano de la uva en el medio plazo
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No hay mano de obra suficiente y la que llega a Castilla y León —principalmente, de Europa del Este, el Norte de África y Sudamérica— tiene serios problemas para encontrar dónde alojarse mientras dura la vendimia. Aproximadamente, un mes, ahora que los plazos “se han acortado”, explican a COPE bodegas y viticultores. En parte, como consecuencia de los cambios meteorológicos “tan complejos” que está experimentando el campo.
El sector del vino no es ajeno a los problemas para encontrar personal, que denuncian también la hostelería o la construcción, entre otros.
Más uva cultivada
En el medio rural “no hay relevo generacional”. Y, sin embargo, las tierras cultivadas, por ejemplo, en la Denominación de Origen Ribera del Duero, han aumentado en algo más de 2.900 hectáreas en solo cinco años.
La cuestión es: ¿Hay manos suficientes para recoger, cada vez, más uva? No, asegura Esteban Lerma. Este viticultor explica en Herrera en COPE Castilla y León que un producto como este requiere, además, de su entrega en unas fechas determinadas para garantizar calidad y productividad ya en bodega.
El aumento de las retribuciones no está siendo suficiente para compensar el trabajo manual, que, reconoce Lerma, ha perdido atractivo. “Nos resulta difícil convencer a la gente joven de que se quede en el campo”, apunta. Y la época de vendimia es “cuando más problema hay” para “poder dar el producto en el tiempo y la forma en que las bodegas lo demandan”.
Fijar población en la España rural
Este viticultor, socio y consejero de la Bodega Pinna Fidelis, está, además, al frente de una empresa de servicios integrales para el sector vitivinícola. Sector en el que “hay trabajo, asegura, “prácticamente, todo el año”. De enero a octubre, con excepción de “alguna parada de por medio”, afirma, el trabajo en a pie de campo es “continuado”.
En su caso, realiza entre 60 y 80 contrataciones anuales. “De la gente que trabaja conmigo”, presume, “varias personas están viviendo ya de continuo en España”. Son trabajadores fijos discontinuos procedentes de terceros países. Algunos de ellos, ya con nacionalidad española. “Otras”, añade, “van y vienen” cada campaña de vendimia.
La recogida de la uva a mano, en riesgo
Lerma ve en la uva una oportunidad para que la España despoblada fije población. Pero de no solucionarse esta falta de mano obra, teme que una denominación de origen como Ribera del Duero se vea obligada a perder una de sus “señas de identidad”: la recogida a mano de la uva.
“En un futuro no muy largo no va a quedar más remedio que pasar por el aro y pasar la máquina”, vaticina. La artesanía en la vendimia quedaría, entonces, reservada para una selección de vinos.