Un padre de familia tenía una deuda de un millón de euros en Alicante y se libra cuatro años después por esta Ley

En 2019, Francisco R., un padre de familia alicantino con tres hijos menores, se vio sumido en una pesadilla económica de proporciones desmesuradas. Su deuda, que alcanzaba los 1,2 millones de euros, lo llevó a una situación insostenible, obligándole a tener su nómina embargada de por vida. Cuatro años después, la justicia le ha dado una segunda oportunidad, gracias a la Ley de Segunda Oportunidad.

Francisco fundó su empresa textil hace más de 14 años, una mercantil situada en la comarca de la Vega Baja de Alicante, que estuvo operando con éxito durante muchos años. Su negocio, dedicado a la confección y venta de prendas, sufrió un grave golpe debido a una crisis sectorial que, poco antes de la pandemia, le llevó a entrar en concurso de acreedores.

Las dificultades económicas no tardaron en acumularse. Los bancos, que le habían concedido préstamos y créditos para la compra de maquinaria y material, comenzaron a reclamarle el pago de las deudas. Sin embargo, no solo debía al sistema financiero. El organismo tributario municipal Suma y la Tesorería General de la Seguridad Social también se sumaron a la lista de acreedores, elevando su deuda a cifras astronómicas.

En ese momento, Francisco R. se convirtió en avalista de varias de sus operaciones financieras. Estas pólizas de préstamo con efectos ejecutivos hicieron que la presión sobre su vida personal y profesional se incrementara. Las entidades financieras no tardaron en embargarle sus cuentas bancarias, y su salario, una vez comenzó a trabajar como operario en otros empleos, sufrió una merma constante de entre 200 y 300 euros. Esa cantidad era lo que quedaba de su sueldo después de la retención de los embargos, una “hipoteca vitalicia” que parecía no tener fin.

La Ley de Segunda Oportunidad

Francisco R. parecía atrapado en una espiral de deuda sin salida, una situación insostenible que podría haberle acompañado durante toda su vida. Sin embargo, el 2023 le trajo un rayo de esperanza: la Ley de Segunda Oportunidad.

Esta legislación, aprobada en 2015 con el objetivo de ofrecer una nueva oportunidad a particulares y autónomos que no pueden hacer frente a sus deudas, permitió a Francisco iniciar un procedimiento legal que acabaría con su pesadilla financiera. La Ley permite la exoneración de las deudas si se cumplen una serie de requisitos, y tras un largo proceso judicial, el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Alicante, en Elche, dictó un auto a su favor, exonerando su deuda de 1,2 millones de euros.

Gracias a este fallo, Francisco R. ya no está obligado a seguir pagando su deuda, lo que supone un cambio radical en su vida y la de su familia. El futuro, que hasta ahora parecía sombrío y lleno de angustia, se ha transformado en una nueva oportunidad para empezar de nuevo.

El caso de Francisco R. es un ejemplo claro de cómo la Ley de Segunda Oportunidad puede cambiar la vida de aquellos que, por circunstancias ajenas a su control, se ven atrapados en una maraña de deudas imposibles de afrontar. Esta normativa ha permitido que miles de personas en toda España puedan dejar atrás su situación económica desesperada y volver a empezar.

Una deuda de un millón de euros

El proceso judicial que ha llevado a la exoneración de Francisco no ha sido sencillo. Requiere que el solicitante demuestre que ha actuado de buena fe, que no ha incurrido en conductas fraudulentas y que se encuentra en una situación económica que le impide hacer frente a sus deudas. En el caso de Francisco, el Juzgado de lo Mercantil ha considerado que cumplía con estos requisitos, lo que ha permitido que se liberara de la deuda que llevaba años ahogándole.

Este tipo de leyes, que ayudan a los ciudadanos a salir del ciclo de la deuda, son fundamentales para el bienestar de miles de familias españolas. En un momento en que las dificultades económicas afectan a muchas personas, la Ley de Segunda Oportunidad se presenta como una herramienta imprescindible para darles una segunda oportunidad.