La aventura de un pacense a 12.500 kilómetros de Badajoz
Fernando Ortega viaja por la Antártida, recordando su tierra y animado a ser respetuosos con el medio ambiente.
Badajoz - Publicado el
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A más de 12.500 kilómetros de Badajoz, Fernando Ortega, un profesional pacense, se encuentra viviendo una experiencia que pocos podrían siquiera imaginar: una expedición hacia la Antártida. A través de un proyecto privado, junto con un grupo de amigos, Fernando está surcando aguas inhóspitas y enfrentándose a uno de los entornos más extremos del planeta. Desde su embarcación, un García Exploration 52, Fernando comparte los detalles de esta inolvidable odisea en una entrevista que puedes escuchar en el audio adjunto.
La idea de esta aventura surgió antes de la pandemia, cuando el armador del barco adquirió este modelo diseñado específicamente para navegar en mares fríos. Su casco de aluminio y su proa reforzada para el hielo fueron las herramientas clave para adentrarse en las heladas aguas del hemisferio sur. Sin embargo, el proyecto tuvo que retrasarse debido a las restricciones sanitarias, pero el entusiasmo de la tripulación nunca flaqueó.
"Es un proyecto totalmente privado, sin financiación pública ni patrocinadores", subraya Fernando, destacando la pasión y el compromiso de los participantes. Todos ellos han tenido que compaginar sus trabajos y responsabilidades con este sueño, dividiendo el viaje en varias etapas.
La travesía comenzó en diciembre de 2023 con un recorrido que partió de Barcelona y pasó por Melilla hasta llegar a Las Palmas de Gran Canaria, donde el barco quedó amarrado durante tres meses.
En la segunda etapa, en marzo y abril de 2024, la embarcación cruzó el Atlántico desde Las Palmas hasta Mindelo (Cabo Verde), para después tocar tierra en Fernando de Noronha (Brasil), Salvador de Bahía y Piriápolis (Uruguay). Esta etapa fue especialmente emocionante, ya que permitió al grupo familiarizarse con la navegación en aguas tropicales y templadas antes de enfrentar los fríos australes.
La tercera etapa, retomada en diciembre de 2024, llevó al barco desde Uruguay hasta Ushuaia, pasando por el Estrecho de Magallanes y el Canal Beagle, ambos reconocidos por sus complicadas condiciones de navegación. En palabras de Fernando: "Navegar por estos estrechos con temperaturas bajas, incluso en el verano austral, fue un desafío increíble".
Tras las celebraciones navideñas, la tripulación zarpó nuevamente en enero de 2025 para alcanzar el Cabo de Hornos, el punto más meridional del continente americano, y desde allí abordar el legendario Mar de Hoces, también conocido como Paso de Drake. "Son 500 millas de mar abierto, sometido a borrascas que pasan del Pacífico al Atlántico. Es uno de los lugares más complicados para navegar en el mundo", relata Fernando.
El grupo tuvo que enfrentarse a vientos de fuerza 9 (40 nudos) y a un oleaje que puso a prueba la resistencia tanto del barco como de la tripulación. Sin embargo, la preparación y el entrenamiento permitieron superar estas adversidades.
Finalmente, el barco llegó a la Antártida, desembarcando en la isla Rey Jorge, en las Shetlands del Sur. Desde allí, exploraron algunos de los lugares más icónicos del continente blanco: Isla Decepción, la península Antártica, y puertos como Port Lockroy y Paradise Harbor. "Los mejores momentos han sido sin duda en la Antártida. El entorno es indescriptible: navegar entre hielos, quitar 40 centímetros de nieve del barco, ver pingüinos, ballenas, orcas y los glaciares. No hay palabras suficientes para describirlo", afirma emocionado.
La belleza del paisaje quedó grabada en sus memorias, pero no todo fue fácil. La travesía antártica trajo consigo momentos complicados, como enfrentar tormentas eléctricas en un barco de casco metálico o lidiar con la burocracia de varios países. Sin embargo, cada obstáculo se convirtió en una anécdota más de esta increíble experiencia.
Ahora, el barco está de vuelta cruzando el Mar de Hoces hacia Cabo de Hornos y Puerto Williams, en Chile. Desde allí, planean continuar por los canales patagónicos de Chile, pasando por el Estrecho de Magallanes, hasta llegar a Puerto Montt, donde terminará esta etapa de la aventura. Pero, como apunta Fernando, "por ahora", ya que el espíritu aventurero del grupo seguramente los llevará a nuevos horizontes.
Fernando Ortega describe esta experiencia como "un proyecto único que poca gente tiene la posibilidad de vivir en persona". Desde la navegación en aguas heladas hasta los paisajes antárticos y los desafíos enfrentados, esta travesía quedará para siempre en su memoria como un hito personal y colectivo.