Trabaja como conserje en un colegio de Galicia y la decisión que toma cambia la vida de los alumnos
Inma León lleva 13 años ejerciendo como conserje en el IES de Melide (A Coruña). Además de atender a los alumnos y ayudar a profesores, enseña ganchillo a los chavales
Santiago - Publicado el - Actualizado
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Se llama Inma León y lleva trece años ejerciendo como conserje en un Instituto de Melide, en la provincia de A Coruña, a unos 50 km de Santiago.
Ayuda a los profesores, atiende al alumnado… labores propias de su profesión, pero cuando llega el recreo saca las agujas y se pone a hacer ganchillo con los chavales que lo deseen: “A mí me resulta muy gratificante que cualquiera de ellos se dediquen a otra cosa y que no se enganchen a la pantalla, a los teléfonos móviles. Hay que dar otra vuelta al ganchillo de las abuelas y de las mamás. Además, quiero que se den cuenta de que cuando van a una tienda o centro comercial hay prendas de ropa de ganchillo. Quiero que vean que las pueden hacer ellos mismos”.
Y es que, ciertamente, parece que el ganchillo o “crochet” ha vuelto a ser tendencia en pasarelas de moda y estanterías de establecimientos textiles y en la actualidad, es común encontrar desde vestidos a chaquetas, incluso trajes de baño elaborados con esta técnica.
UNA ALTERNATIVA A LAS PANTALLAS
Es una preciosa iniciativa que surgió por el interés de una docente, en este caso la profesora de Educación Física del centro educativo, que buscaba ofrecer a los chicos matriculados una alternativa de ocio distinta a las pantallas. Y a Inma se le ocurrió esta: el ganchillo. Los martes y jueves, en la media hora que dura el recreo, media docena de chicos y chicas se juntan y dan rienda suelta a su imaginación: mantas, pendientes, prendas de ropa: “Empezamos por cosas pequeñitas, a ellos les atrae mucho el tema de amigurumis, estos muñequitos tan bonitos… pero claro, yo les indico que deben empezar por algo más sencillo y luego ir haciendo cosas más laboriosas. Pero bueno, ya hicieron sus bolsitos, sus pendientes, alguna niña que ya hacía ganchillo en casa se animó con una manta”.
Gusta tanto que hay chicos que se lo llevan a casa para seguir trabajando en ello fuera del ámbito escolar. Un buen indicativo de que, también en casa, se olvidan del móvil, la tablet o los videojuegos y se ponen a trabajar aguja en mano.
Inma nos insiste: para los promotores de esta iniciativa es importante ofrecer a los adolescentes alternativas que les entretengan, hacer que los dispositivos electrónicos pasen a un segundo lugar en sus vidas y que sean conscientes de que hay mucho ocio por descubrir.
Pero no solo Inma trabaja con el alumnado de Melide (A Coruña), este centro busca ofrecer otras alternativas de ocio para los chavales como papiroflexia o cuidado de bonsáis.
La Xunta de Galicia ha prohibido el uso de móviles en los centros educativos, salvo para usos pedagógicos. En cualquier caso, en Melide, ya llevan tiempo trabajando en incentivar alternativas a la juventud que pasa por sus aulas.
LA MODA "AMIGURUMI"
El término amigurumi, un acrónimo en japonés, compuesto de: ami, “tejido”, y nuigurumi, “muñeco de peluche”, es una moda que proviene del país nipón y que consiste en tejer pequeños muñecos mediante técnicas de croché o ganchillo.
Para los adeptos a esta afición, son más que peluches, tienen alma de personajes que nos acompañarán el resto de nuestros días. En las redes sociales, muchas personas comparten sus logros en esta técnica que se ha popularizado también en nuestro país.
EL TRABAJO DE CONSERJE: “SOY HASTA PSICÓLOGA”
Inma lleva trece años trabajando en el instituto de Melide como conserje: “A mí la atención al público, el trato personal siempre me gustó. No es como ser profesor, que les ponen nota, yo no hago exámenes”, confiesa esta conserje entre risas: “Con los profes están supeditados a la materia y, en mi caso, tengo un contacto más directo con ellos”.
Los conserjes son “multiusos”, asegura Inma: “Ayudamos al profesor, hacemos alguna cura, yo hago, incluso de psicóloga”. Y ahora, suma una nueva tarea: el ganchillo.