Cuatro hermanos aceptan seis años de cárcel por vender carne caducada y explotar a trabajadores en Mallorca
No contaban con datos sobre su trazabilidad, manipulaban el etiquetado para cambiar la fecha de caducidad, ofrecían comidas preparadas sin autorización y despiezaban carne también sin estar habilitados para ello
Mallorca - Publicado el - Actualizado
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Cuatro hermanos han reconocido haber vendido carne caducada y manipulada y haber explotado a trabajadores en un comercio de Santa Ponça (Mallorca), hechos por los que han aceptado seis años de prisión tras llegar a un acuerdo con las acusaciones.
El pacto entre las partes ha sido alcanzado este lunes al inicio del juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial. También estaba acusado el padre y fundador de la empresa, aunque falleció durante el procedimiento.
Los cuatro hermanos, tres hombres y una mujer, han aceptado cada uno una pena de un año de prisión por un delito contra la salud pública, mientras que para dos de ellos, además, se ha dictado pena de 12 meses de prisión por los delitos de falsedad en documento mercantil, falsedad y contra los derechos de los trabajadores, a razón de cuatro meses por cada delito.
VARIOS DELITOS
Según han reconocido los acusados, entre 2015 y 2018, incurrieron en numerosas irregularidades sanitarias en relación a los productos cárnicos que ofrecían en el establecimiento.
Entre otras prácticas, no contaban con datos sobre su trazabilidad, manipulaban el etiquetado para cambiar la fecha de caducidad, ofrecían comidas preparadas sin autorización y despiezaban carne también sin estar habilitados para ello.
Además, imponían a los trabajadores jornadas maratonianas de trabajo sin respeto a los descansos y sin pagar las horas extraordinarias que realizaban.
La fiscal solicitaba penas que ascendían a 25 años de cárcel y se ha apreciado ahora el atenuante de dilaciones indebidas. La empresa tendrá que abonar una multa que supera los 10.000 euros y se ha decretado el cierre del comercio ubicado en Santa Ponça, aunque la actividad en las naves de las que dispone la sociedad permanece activa.