El gesto que haces antes de subirte al autobús que te puede salir muy caro: Más de 2.000 euros de multa
En 'Herrera en COPE' hemos hablado del nuevo decreto que ha aprobado el Consejo de Ministros y que está enfocado a mejorar la protección del medio ambiente para 2030
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Este martes en el Consejo de Ministros se aprobó el decreto que pretende reducir la presencia de colillas de tabaco que se han tirado en los lugares públicos, con especial énfasis en las playas. De esta manera, a través de ordenanzas municipales, cada ayuntamiento va a poder hacer efectiva esta limitación.
Para todo aquel que incumpla la medida, le espera una multa de a partir de 2.000 euros. Sin embargo, no solo se pretende esto, sino que se quiere reducir el consumo y la dispensión de plásticos de un único uso, para que en 2030 hayan desaparecido por completo.
Colillas por todas partes
Nuestra compañera Bárbara Archilla ha salido a la calle en Madrid para comprobar en 'Herrera en COPE' el número de colillas que encontraba por la calle. El resultado ha sido sorprendente: "No he encontrado una maceta donde no haya una colilla, o dos, o tres, o diez".
"Estoy al lado ahora mismo de una salida de Metro, que es uno de los puntos calientes, y he contado 24 colillas, solo alrededor, cerca", explica.
Las entradas al transporte público son un lugar especialmente afectado por la contaminación con restos de tabaco. Esto se debe a que muchas personas aprovechan para fumar mientras esperan fuera o tiran el cigarro antes de entrar, entre otros casos.
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Además, uno de los aspectos más preocupantes es que la gente no utiliza los ceniceros habilitados para que se depositen las colillas. Esto resulta más grave cuando sabemos que cada año se venden en España unos 2.000 millones de cajetillas de cigarros.
Un combo mortal para el planeta
"Todo esto lo juntas y acaba en el suelo de ciudades y de playas. Y es que, de hecho, las playas, el problema que tienen es que las colillas, el 40% pueden acabar en el mar", comenta Bárbara mientras recuerda lo perjudicial que es para el medio ambiente.
Hay que tener en cuenta que en un cigarro hay microplásticos que tiene la celulosa, además de todas las sustancias tóxicas como la nicotina, el arsénico, metales pesados...
Se pretende una vuelta de hoja al sector
Los planes de la Unión Europea para cumplir sus objetivos van a tener que enfrentarse a tres puntos clave:
- Van a tener que cambiar la forma de fabricar estos cigarros, porque la idea es que definitivamente desaparezcan los tóxicos en 2030.
- Los recipientes en los que el fumador se puede deshacer de ellas van a ver cambios como una mayor cantidad o desarrollarlos de otra manera, ya que, como comenta Archilla, "está visto que el cenicero aquí no funciona".
- Por último, las propias empresas de tabaco van a tener que financiar la limpieza de esos vertidos, de esa basura que se dispersa. Y lo van a hacer a través o bien de las empresas públicas, o bien con empresas que ellos mismos van a crear.