'Crónicas perplejas': “Todo cambia a nuestro alrededor, pero nosotros somos constantes”

En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".

La curiosidad es el motor del mundo. Sea hacia donde sea que vayamos, es la expectativa la que nos guía. Anoche me bajaba del avión y pensaba: ¿A quién se le ocurriría semejante locura? Cuando pulso en el ascensor el botón de la planta más alta del edificio, pienso: ¿Quién imaginó algo así?

Desde la rueda hasta el tren, desde el ábaco a la inteligencia artificial, desde la canoa al crucero vacacional. No paramos de imaginar nuevos mundos, de conquistar nuevos espacios y, sin embargo, seguimos siendo los mismos.

Todo cambia a nuestro alrededor, pero nosotros somos constantes. Con nuestros miedos, con nuestros deseos, con nuestras siestas de quince minutos, con nuestra hambre a media tarde, con nuestro crujir de huesos, con nuestro mal humor.

Los inventos nos han llevado hasta el espacio, pero los seres humanos seguimos rezándole a Dios, sobre todo si las cosas nos vienen mal dadas. Nos creemos gigantes, pero seguimos siendo pequeños. Seguimos perdidos en el laberinto de nuestras emociones.

Y está bien así. Que por más rápido que vaya el mundo, nosotros sigamos manteniendo nuestros afectos y nuestras inseguridades. Porque sin humanidad, sin debilidad, sin corazón y sin dudas, el planeta será un lugar menos habitable.

Alguien puede tener un coche último modelo, pero dentro suena por la radio la canción que sonaba la noche en la que conoció a su mujer. Dan igual el GPS, la cilindrada o el sistema de frenado. En ese momento, todo está al servicio de un puñado de acordes, del recuerdo y del amor.

Y en eso, ya está todo inventado.

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