Santi González: “La investidura es una prenda que le tira a Sánchez de la sisa”

El análisis de la actualidad de Santi González en 'Herrera en COPE'.

Tal día como hoy, a las cinco y media de la tarde van a cumplirse los cincuenta años del primer asesinato de ETA. Su primera víctima fue un guardia civil de Tráfico, de 25 años llamado José Antonio Pardines Arcay, cuando paró un Seat 850 Coupé robado en el que viajaban los terroristas Echebarrieta Ortiz e Iñaki Sarasqueta. El crimen tuvo lugar en la localidad guipuzcoana de Aduna, muy cerca de Villabona. Al detectar que la matrícula no coincidía con el bastidor lo mataron a tiros. En su cuerpo se encontraron proyectiles de dos calibres distintos: la 9 mm de Echebarrieta y la 7,65 de su compañero. Ayer de madrugada, la 2 emitió un excelente documental, Nacional-1, de Felipe Hernández Cava. Allí empezó todo.

Las dos jornadas que el Rey ha dedicado a la ronda de conversaciones con los líderes políticos culminaron ayer con el encargo de la investidura al candidato Sánchez, que en un principio había anunciado su intención de no comparecer hasta esta mañana, pero que finalmente adelantó su comparecencia a la tarde de ayer. “O gobierna el PSOE o gobierna el PSOE”, dijo atinadamente. No hay otra alternativa. Sin embargo el candidato Sánchez no tiene aún garantizados los apoyos para continuar en La Moncloa, aunque sea con el mismo colchón.

Su dirigente navarra, María Chivite, aún no ha renunciado a investirse ella misma con la complicidad de Bildu, lo que anularía la oferta de los dos votos de Unión del Pueblo Navarro. Si finalmente renunciara, el PNV amenaza con  retirar su apoyo a la investidura de Sánchez. Por otra parte, la humillación de Podemos es total. El candidato ha retirado a Iglesias el título de socio preferente en favor  de las tres derechas. No ofrecerle a Iglesias ni siquiera el Ministerio de la Igualdad, hace peligrar la performance. Pocos asuntos como este ponen de relieve que la investidura es una prenda que le tira a Sánchez de la sisa. A Calvo y Ábalos les gustaría que los votos se los diera el PP, por ejemplo. A mí también, pero negociando. Sería una gozosa manera de volver al bipartidismo