"Cada vez menos posibilidades": la razón por la que es casi imposible cerrar el caso Tomás Gimeno
Tras dos meses de la desaparición de Anna, Olivia y Gimeno se siguen buscando los dos cuerpos que faltan por recuperar
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Se han cumplido dos meses de la desaparición en Tenerife de Anna y Olivia y de su padre Tomás Gimeno. Dos meses de búsqueda en la que participa el buque Ángeles Alvariño con su robot ‘Liropus’ que inspecciona el fondo marino, ese lugar donde Tomás Gimeno nunca pensó que se buscaría a sus hijas y probablemente los restos también de él.
Allí se ha encontrado, como sabemos, el cuerpo de Olivia y allí siguen trabajando los seis hombres que están detrás de ese robot, el robot Liropus.
En ‘Herrera en COPE’ hablamos con José Cubeiro, jefe y coordinador del equipo de expertos que manejan el robot ‘Liropus’ que nos cuenta cómo está en estos momentos la búsqueda “continuamos en la zona que nos está marcando la Guardia Civil y seguimos buscando. Es compleja la situación, ya sabemos de la inmensidad del mar y la previsión es todavía continuar en la zona, no sabemos exactamente todavía el tiempo que vamos a continuar pero seguimos intentando localizar lo que nos falta”.
Tras localizar el cuerpo de Olivia, asegura Cubeiro que “nosotros nunca, nunca nos damos por vencidos. Nuestro objetivo es localizar y buscar objetos, personas” y señala que “aunque hemos peinado ya muchas zonas las posibilidades cada vez son menores porque tampoco sabemos exactamente, nadie sabe exactamente, dónde se pueden localizar los cuerpos que faltan”.
Y, a continuación explica por qué es difícil recuperar el cuerpo de la pequeña Anna “si reconstruimos los hechos, recuperamos dos bolsas que estaban en el fondo del mar y con el ancla del barco que hacía de lastre. Una de las bolsas la encontramos abierta y probablemente se salió de la bolsa. La localización de las bolsas con el ancla es relativamente fácil porque es un objeto detectable pero recuperar un cuerpo sin ningún indicio de señales es muy difícil, francamente difícil”.
José Cubeiro ha querido agradecer la carta que le envió Betariz, la madre de las niñas, y lamenta que “solo hemos podido recuperar a la niña de seis años, nos hubiera gustado por lo menos recuperar a las dos, al menos que pudieran descansar y su madre supieran donde están”. Confiesa Cubeiro que “es una de las situaciones más desagradables que hemos podido tener pero la satisfacción de que hemos podido resolver la situación. Imagínese que no hubiera aparecido ninguna de las niñas, tiene que ser tremenda la incertidumbre, debe ser muy difícil de llevar, yo me pongo en su lugar y es impresionante”.