Un estudio destapa una nueva consecuencia de beber refrescos más allá del físico y la diabetes: "Se debería estudiar"
Expósito entrevista a Laura Lara-Castor, investigadora de la Universidad Tufts en Boston y experta en epidemiología nutricional
Madrid - Publicado el
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Las bebidas azucaradas están muy presentes en el día a día de muchos españoles, pero un gesto tan normal para muchos como acompañar la comida con un refresco puede tener efectos que muy pocos sospechan. Así, en nuestro país el gobierno prohibirá el consumo de este tipo de bebidas en comedores escolares.
Entre algunos de los motivos: cada día más de mil personas en España son diagnosticadas con diabetes tipo 2. De hecho, un estudio publicado en la revista Nature asocia uno de cada 10 nuevos casos con el consumo de bebidas azucaradas, es decir 2,2 millones de nuevos casos en un año. Este trabajo analiza 184 países, ha sido elaborado por un equipo internacional liderado por la investigadora Laura Lara-Castor, la Universidad Tufts en Boston, que explicaba este martes en La Linterna cuál es la relación entre la diabetes y este tipo de bebidas.
Refrescos y la diabetes
“En nuestro estudio encontramos que uno de cada 10 casos son atribuibles al consumo de bebidas azucaradas en 2020”. Asegura la investigadora que han utilizado varios datos, incluyendo estudios prospectivos que han medido este efecto causal y que han medido que la ingesta de bebidas azucaradas “se relaciona en un incremento del 20% del riesgo de diabetes”.
En el estudio publicado en Nature los investigadores muestran que han encontrado que aproximadamente 80.000 de las muertes de diabetes en 2020 fueron atribuibles al consumo de bebidas azucaradas. “Si tomamos en cuenta también otras muertes que son con enfermedad cardiovascular, este número, estas cifras, suben a 340.000 las muertes al año que podrían ser prevenibles si no estuviéramos consumiendo estas bebidas”, avisa Lara-Castor en los micrófonos de COPE.
La nueva consecuencia
Eso sí, ha recordado la investigadora de la universidad de Boston que también en otros estudios han asociado otras enfermedades más allá de las físicas o la diabetes, que son las que ellos han medido en el estudio. “También se deberían seguir estudiando como enfermedad mental, cambios en la microbiota que también tienen otros efectos a largo plazo”, advierte Lara-Castor.
Así, Expósito ha querido señalar el cambio de consumo de los refrescos en los últimos años en lo que se refiere localizaciones demográficas, de países más desarrollados a otro que menos, como en África o Sudamérica. “Este tipo de ingesta de este tipo de alimentos era más común, como mencionas, en alimentos en países con mayor ingreso, mayor desarrollo, pero como las políticas han estado cambiando, hay más información sobre el daño de estas bebidas, principalmente en estos países”, reconoce la investigadora de la universidad de Boston.
“Las industria refresquera o industria alimentaria han cambiado su enfoque de marketing para otros lugares, como son el África Latinoamérica, en donde las poblaciones pueden ser más susceptibles”, concluye.