Expósito: "El problema de la política exterior española es que parte del Gobierno va con quien va"
El director de La Linterna responde a la polémica entre Belarra y la embajada de Israel en España, así como de las declaraciones de Albares
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No seamos cínicos o, al menos, no nos dejemos manipular tan descaradamente como lo intentan. Toda esta última movida de la guerra de Israel con Hamás y las presuntas divisiones en el seno del Gobierno forman parte del teatro. Cuando Ione Belarra, Yolanda Díaz, los demás están inexistentes (el de Universidades, Garzón, Irene...), cuando Pablo Iglesias saca la patita y apoya a Hamás, no es más que lo mismo.
Venezuela frente al resto de lo poco que queda democrático normal en América. A favor de Putin en el frente de la guerra de Ucrania en contra de Zelenski y, ahora, Hamás. Y, entre medias, el tema de Irán. Podemos/ Súper Yoli apuestan por Irán en Oriente Medio, Hamás en la guerra Israel – Palestina, por Putin en la guerra con Ucrania y por Maduro y todo el castrismo en Latinoamérica. Ese es el problema de la política exterior española y nuestro papel en el mundo.
Que una parte del Gobierno de España va con quien va: con Putin, con Irán, con Hamás y con los chavistas. Qué puede salir mal.
La respuesta de Albares a la polémica
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, ha dado por zanjado este martes el “incidente puntual” en la relación entre España e Israel surgido tras el “gesto inamistoso” que supuso el comunicado emitido ayer por la Embajada israelí.
En rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros, Albares ha desvelado que ayer habló con la embajadora de Israel en España, Rodica Radian-Gordon, tras el comunicado en el que la legación diplomática israelí condenaba las declaraciones “inmorales” de ministros españoles en apoyo de Hamás. La conclusión de dicha conversación, ha dicho Albares, es que ambos iban a “trabajar conjuntamente para que esa amistad entre Israel y España se mantenga como hasta ahora”.
Ha indicado que fue antes de emitir la respuesta de Exteriores cuando él llamó a la embajadora para trasladarle su “profundo disgusto” por su comunicado y para trasladarle que lo consideraba un gesto “inamistoso”. Le anunció también en dicha conversación la nota que su departamento iba a hacer pública y en la que se rechazaban las “falsedades vertidas” por la embajada israelí.