Fernando De Haro, retenido 12 horas en el Líbano: "Creían que éramos espías; ha sido difícil y desagradable"

Fernando De Haro, comunicador de COPE, ha narrado este martes desde el Líbano el episodio tenso que ha vivido tras ser retenido durante 12 horas en Beirut tras ser tomado por espía de Israel. “He estado retenido durante 12 horas por Hezbolá y por el Servicio de Seguridad del Estado libanés mientras grababa un nuevo vídeo, un nuevo documental para mi serie que patrocina el Instituto CEU de Estudios Históricos”, explicaba en una serie de vídeos que ha compartido en sus redes sociales. “Ha sido una experiencia difícil y desagradable”, comenzaba. 

Según relata, la detención se produjo cuando estaba cruzando el barrio de Dahye, barrio sur de Beirut controlado por Hezbolá, y que ha sufrido los bombardeos del Estado de Israel. Un barrio que, como explica, es un estado dentro del Estado, está controlado por Hezbolá y no entra la policía ni el ejército. “Nosotros nos dirigíamos a un colegio católico y estábamos grabando algunas imágenes de la zona bombardeada desde el coche”, comenta en un vídeo en X.

Asegura que, entonces, se acercó un motorista que les interceptó: “nos tuvieron dos horas en la calle, controlaron la cámara, vieron que habíamos pasado dos veces por la misma calle porque nos habíamos equivocado Google y pensaron que éramos espías”.

Ocho horas de interrogatorio

Mariza el director de La Mañana de Fin de Semana que “esto sucede mientras encima de la cabeza tienes el dron de Israel que puede atacar o que controla la zona”. Después de esas dos horas en la calle les llevaron a una especie de comisaría de Hezbolá donde estuvieron un tiempo esperando, presididos por supuesto por imágenes de Nasrallah y de todos los líderes del Partido de Dios, que es como se conoce en Beirut a Hezbolá.

“Cuando estábamos en esa comisaría de Hezbolá apareció el servicio de seguridad del Líbano y ya creíamos que todo estaba solucionado, que nos iban a dejar liberados. Sin embargo, el servicio de seguridad del Líbano nos llevó a una comisaría, nos quitó los cordones de los zapatos, el cinturón, nos quitó los móviles, nos quitó todo lo que teníamos en los bolsillos, se quedó con nuestra cámara y en esa comisaría estuvimos durante ocho horas con un interrogatorio”, explica en los vídeos el periodista, que asegura que sufrieron un interrogatorio muy largo “sin poder conectar ni con la embajada ni con nadie más”.

Objetos requisados

“Seguían con la idea de que éramos espías israelíes o al menos eso es lo que querían comprobar”, explica De Haro que, señala, la anécdota demuestra que “en realidad Hezbolá tiene todavía mucha fuerza y que el servicio de seguridad del Líbano no se atreve a tomar una decisión independiente”. Así, estuvieron ocho horas en esa comisaría en una situación complicada, donde había gente esposada, en una celda de seguridad y una persona que “salía y entraba de esa celda de seguridad con una capucha en la cabeza”. “Al final nos dejaron en paz, nos pusieron en libertad, pero se quedaron con nuestra cámara, con nuestros móviles y con nuestros aparatos electrónicos”.

Después de haberse quedado con el material, le dijeron al comunicador de COPE que les iban a llamar, y lo hicieron a los cuatro días. “Nos llamaron, he tenido que alquilar otra cámara porque seguí grabando y, al presentarnos en esa comisaría para recoger el material, lejos de facilitar la recuperación de la cámara, me hicieron un nuevo interrogatorio”. Los agentes insistían en que en el teléfono había contactos que podían ser sospechosos, porque había teléfonos de Israel y de Palestina.

“Les dije que comprobasen que, mientras yo estaba en el Líbano, no había llamado a ninguna de esas personas”. Les explicaron que tenían que tomar esas medidas de seguridad porque el Líbano es un país que está en guerra con Israel. “El estado del Líbano, en cierto modo, sigue teniendo miedo de Hezbolá, que es un partido chiita, los chiitas siguen teniendo mucho peso, pero afortunadamente con el nuevo presidente del Líbano las cosas pueden cambiar”.